Con más de 200 incendios forestales que han arrasado más de 14 mil hectáreas de recursos naturales, los hondureños conmemoramos hoy, el Día Mundial de la Tierra.
Con un territorio erosionado en su biodiversidad, por la deforestación, la contaminación, la sequía, y externamente, por el cambio climático, celebramos esta fecha entonces, al igual que lo hacen más de cien países.
A la fecha, según cifras oficiales, los incendios forestales y la mano criminal del hombre han arrasado con más de 14 mil hectáreas de bosques mientras el país pierde cada año entre cincuenta mil y sesenta mil hectáreas por culpa de la tala ilegal y las llamas. Entre cincuenta y sesenta mil hectáreas, lo que para un país con un poco más de 112 mil kilómetros cuadrados de extensión territorial no es poca cosa. Se trata en todo caso de una tragedia también económica, si cuantificamos que eso supone unos mil 200 millones de lempiras anuales que se pierden.
Frente a desoladoras cifras, la conmemoración del Día Mundial de la Tierra, la fecha nos debe servir para evidenciar en su justa dimensión el daño que los mismos hijos de esta tierra le estamos causando. Una fecha y una realidad para que como sociedad reflexionemos y al mismo tiempo nos concienciemos sobre la problemática ambiental y la preservación de nuestros preciados recursos naturales.
En los últimos cuarenta años en Honduras se han desforestado 1.7 millones de hectáreas de bosque, lo que equivale prácticamente a todo el departamento de Gracias a Dios. ¿No creen que eso merece que tomemos entonces conciencia de los recursos y la biodiversidad nacional y su manejo?