Una vez más los hondureños cumplieron con el deber cívico de ir a las urnas y ejercer el sufragio en las pasadas elecciones primarias del 14 de marzo, no le fallaron a la democracia, aun y cuando existieron muchas avenidas contrarias al proceso, sin embargo, el punto negro y el gran vacío lo puso el consejo nacional  electoral, mostrando improvisación y muchas falencias  al no contar con una estrategia técnica que diera resultados preliminares.

La irresponsabilidad del CNE les permitió que a piernas sueltas y con descaro a sus consejeros, tirarle la pelota a los medios de comunicación para  que a través de las encuestas de salida pudieran calmar las aguas en un río revuelto provocados por ellos mismos, por que antes del proceso electoral les interesó más satisfacer los intereses de unos cuantos dirigentes de los partidos políticos que atrás de la cortina manejan a su antojo con cuerdas bien definidas a sus títeres que ubican en estas instituciones electorales.

No es tanto apelar a la inexperiencias que suelen decir algunos analistas a favor de los consejeros, creo que salieron más listos que otros, es señalar la improvisación antes, durante y creo que después de las elecciones primarias.

Nunca se pusieron de acuerdo para implementar un sistema de transmisión de resultados electorales preliminares, esto hubiese ayudado mucho a poner un panorama más claro al filo de la medianoche del 14 de marzo, pero solo se limitaron los consejeros a calificar como “exitoso” el proceso sin que el CNE diera por lo menos datos oficiales en el nivel presidencial, allá salieron los medios a salvar con datos de boca de urna, no oficiales la contienda.

Es una desfachatez y a todas luces una burla del CNE a la democracia del país, vaya que sí la fallaron.

Más que dar a conocer en esta opinión quién ganó las primarias en Libre, Partido Liberal y Partido Nacional, hasta que sea oficial, es ubicar en el contexto político del país que se nos viene para las próximas elecciones generales de noviembre de este año, y cómo corregir los entuertos que dejó las primarias, repito, provocado por instituciones como el RNP que falló en su proceso de enrolamiento al darse muchas inconsistencias en domicilios, no entregar a tiempo la nueva cédula de identidad, y el CNE, que por su parte, dejó un triste vacío en su sistema de transmisión de resultados.

VEA: Sin confianza no hay democracia

Habrá que ir pensando en profundas reformas electorales con el fin que en las elecciones generales de noviembre no tengan vicios, formalizar los representantes de mesas, el otorgamiento de credenciales, y un confiable sistema de resultados preliminares. 

También será urgente aprobar un marco jurídico para que el Tribunal de Justicia Electoral se convierta en la instancia  que garantice la estricta aplicación de la ley cuando se denuncien delitos electorales. Hoy por hoy tiene muchos desaciertos que pueden conllevar a cometer errores en algunas resoluciones, definitivamente no podemos llegar improvisados a las elecciones generales.

Ya no serán tres partidos políticos en contienda, ahora serán 14 los que buscarán alcanzar el poder de la nación, ya vendrá al tapete de discusión el tema de las alianzas, el impacto que tendrá el juicio en Nueva York a quienes señalen por supuesta narcoactividad, entre otros, pero por ahora, la institucionalidad electoral, el Congreso Nacional, sociedad civil, empresa privada y sobre todo los partidos políticos, deben converger en tener reglas claras para las elecciones generales, por el bien del país y por el bien de la democracia, por favor no más improvisaciones, ¡ya basta!

“Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre; método no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia”. —  MANUEL BELGRANO POLÍTICO Y MILITAR ARGENTINO (1770 - 1820).

Además: Sin comunicación no hay claridad