A 80 días para los comicios generales, ¿volverá el dinero a ser nuevamente capaz de desvirtuar la voluntad popular, y el voto, de nueva cuenta, supeditado a los millonarios recursos que en las elecciones se gastan en propaganda electoral?

Bueno, no deseamos ni esperamos que sea la historia que cada cuatro años se repite en Honduras, pero como decimos popularmente aquí, tal parece que así como se ve la víspera, será la fiesta.

La semana anterior la jefa del Sistema de Administración de Rentas reveló a esta casa de radio que centenares y hasta miles de candidatos que corren por un cargo de elección le deben al fisco nacional más de 36 millones de lempiras y que el 30 por ciento de los aspirantes dizque que a representarnos en el engranaje público, están morosos y ni siquiera tramitaron nunca su registro tributario.

En la víspera el Foro Social de la Deuda Externa informó también que más de siete mil candidatos caminan a la sombra de la inmunidad tributaria sin pagarle un tan solo cinco al fisco nacional como si de desvalidos ciudadanos de a pie se tratase.

Tal parece que seguimos gestando y enraizando un ciclo que deteriora la calidad de las opciones electorales mientras la propaganda pareciera también que seguirá irremediablemente reemplazando la propuesta y los planes de gobierno!. ¿Estaremos entonces resignados, como cada cuatro años, a que el voto lo volverá a determinar el dinero que se gasta en la propaganda proselitista?.

Vea: El 80% de aspirantes electorales no presenta a tiempo declaración del ISR en Honduras

¿A que la propaganda y el dinero reemplacen el debate y los programas de gobierno?. O lo peor, ¿estaremos los hondureños condenados a seguir eligiendo políticos mañosos, inmorales y carentes de valores éticos?.

¿Y la institucionalidad creada para fiscalizar los partidos políticos y sobre todo, a contarle las costillas a los candidatos y a las fuentes de financiamiento de sus millonarias campañas y propaganda electoral?.


¿Porque para eso es que se le dio vida a la tal Unidad de Política Limpia, verdad?…De eso se trataría, nos dijeron siempre, la normativa que iba a revisar la procedencia de los dineros de las campañas políticas y la utilización de los fondos públicos y privados que los partidos reciben. Cuando el voto lo determina el dinero de la propaganda y cuando la propaganda por culpa del dinero reemplaza o invisibiliza la propuesta, los ciclos electorales se deterioran.

Pero cuando una débil normativa no puede intervenir siquiera el financiamiento de las campañas, y mucho menos, evitar que los mañosos se cuelen en las planillas de los partidos políticos, ahí sí que el sistema democrático hace aguas. ¿Es entonces más de lo mismo la ley que le dio vida a la Unidad de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización a Partidos Políticos y Candidatos?.

¿O nada más estamos viendo los efectos de la estrategia fraguada por la misma clase política de dejar adscrita y amarrada al Tribunal Supremo Electoral (dígase partidos políticos), la también llamada Unidad de Política Limpia?. Y mientras buscamos estas y otras respuestas, los hondureños no nos podemos resignar aún frente a este estado de indefensión electoral. No podemos resignarnos a que el dinero siga comprando votos y favores, y con ello acrecentando el clientelismo del voto!.

Es que todavía los hondureños no estamos condenados a seguir eligiendo a políticos mañosos, inmorales y carentes de valores éticos. Como sociedad no nos merecemos eso!. Sólo después de que nos volvamos ciudadanos y votantes reflexivos, analíticos y prudentes al momento de elegir y depositar el voto, demandemos y presionemos por una institucionalidad competente, independiente de la injerencia partidista y comprometida con el bien común. ¿O será mucho pedir y aspirar?.

Mediante plataforma revisarán en tiempo real el financiamiento de campañas políticas en Honduras