En ese momento, cuando la vida, con una actitud desafiante y retadora, nos pregunta ¿Estás preparado?, robustecernos emocionalmente, será sin lugar a dudas una herramienta poderosa.

Pero entonces, ¿cómo lograrlo?, ¿cómo nos aprovisionamos de forma suficientemente  poderosa, para salir victorioso al final del camino?

Lo primero que debemos saber es que nuestro poder y fortaleza está en nuestro interior. Por tanto, debemos aprender a viajar hacia nuestro interior.

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Sí, lo sé, talvez esto te pueda sonar un poco “esotérico” o “enigmático”, pero lo cierto es que la ciencia nunca antes había estado tan complaciente y solícita a favor de nuestras emociones, como lo está en nuestros días.

Si te quedas conmigo unas líneas más, podré contarte la manera tan perfecta en la que hemos sido creados. Donde nuestro cerebro, es el orquestador de comportamientos asertivos y posibilitadores, siempre y cuando, con consciencia y gallardía lo direccionemos a la escogencia de pensamientos más favorables.

Mira, déjame explicarte algo: vivimos sumergidos en una realidad, donde las cosas que nos suceden, agradables o no, nos genera sensaciones. Esas sensaciones casi paralelamente engendran emociones.

Entonces, si los acontecimientos son nefastos, las emociones lo serán también. Y ahí, en ese momento, no se trata de reprimir las emociones o eliminarlas. Se trata de ir de forma consciente a un nivel más profundo, donde le demos cabida a la parte analítica de nuestro cerebro, el “Neocórtex”. Éste, es nuestro aliado poderoso para soportarnos ante las adversidades.

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De manera que, ante acontecimientos agradables o desagradables, el “Neocórtex” desglosará majestuosamente, una lista de posibilidades y alternativas que estiman riesgos, aciertos y desaciertos, todo ello con una calibración perfecta.

Entonces, justamente en ese momento, cuando surgen los pensamientos, es cuando debemos aprender a tomar el control, para seleccionar con valentía y coraje los pensamientos que nos conduzcan hacia un presente y futuro próspero y posibilitador.

Es en ese momento donde debemos aprender a hacernos cargo.

Así que, si estás atravesando una realidad difícil, cierra tus ojos, respira profundo y viaja hacia tu interior. Tu cerebro analítico, en su afán primario de protegerte, te dará soluciones.

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