El 09 de noviembre de 1830, poco más de un mes antes de morir, Simón Bolívar, una de las figuras político militares más importantes de la historia independentista latinoamericana, escribió al entonces primer presidente constitucional de Ecuador, General Juan José Flores y Aramburu, una carta que planteaba significativas reflexiones sobre la visión del libertador con relación al destino de América y en donde en primera instancia lamentaba que la reacción de los pueblos que han alcanzado grandes transformaciones, rápidamente es como la de los niños, que apresuradamente y por otras circunstancias, “tiran a la basura aquello por lo que han llorado”.

En esta carta, muy poco divulgada, aún entre los defensores del pensamiento bolivariano, con una perceptible muestra de tristeza y decepción, advertía que los hombres son capaces de todo si tienen el poder para lograr sus objetivos, y añadía de estos que “unos son orgullosos, otros déspotas y no falta quien sea también ladrón; todos ignorantes, sin capacidad alguna para administrar”.

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Sin embargo, el fragmento que ha llamado poderosamente mi atención y que pongo como base de este artículo es la queja de Bolívar con relación al momento que vivía la región y el destino al que se vería sometida; “Sabe que yo he mandado 20 años y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos. 1°. La América es ingobernable para nosotros. 2°. El que sirve una revolución ara en el mar. 3°. La única cosa que se puede hacer en América es emigrar.  4°. Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos colores y razas. 5°. Devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos. 6°. Sí fuera posible que una parte del mundo volviera al caos- primitivo, este sería el último período de la América.

En momentos en los que los países se ven continuamente sometidos a la demagogia política y a los superficiales mensajes de fervor y compromiso patrio es importante destacar que en efecto, las naciones latinoamericanas, principalmente aquellas con mayor condición de pobreza y corrupción, han caído presas de la ingobernabilidad por quienes se han levantado con mensajes populistas y electoreros marcados de revanchismo, resentimiento y venganza.

¿Qué sociedad tenemos? O ¿Qué sociedad queremos? Hasta Bolívar, cuya visión estaba concentrada en forjar nacionalidad vivió el desánimo y la frustración de haberse rodeado de una clase política injusta, dañina, mentirosa y oportunista, sumada la complicidad de ciudadanos que consciente o inconscientemente se han acomodado y visto como normal, la carencia de legitimidad de regímenes que se basan en la fantasía democrática y el servilismo proselitista. 

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Bajo estas circunstancias es difícil avanzar, vivimos en una sociedad clasista, aunque a veces nos cueste aceptarlo, en medio de entornos donde se pregona el compromiso político con los sectores más pobres y vulnerables, pero a la vez se les desprecia con indiferencia, engaño e injusticia. 

Se volvió muy común en las últimas décadas una frase que argumenta que "la sociedad de una nación tiene la misma calidad de quienes la componen", Si esto es así deberíamos reflexionar en la sociedad que tenemos y en la calidad de ciudadanos que somos. A mejor condición de hombres y mujeres en el plano individual correspondería exactamente una mejor condición a nivel de sociedad y nación.

Aquí entonces otra pregunta; ¿Cómo se construye una sociedad fundamentada en el bienestar de todos y no de unos pocos? Los pueblos que se desarrollan es porque su estructura social está compuesta por hombres y mujeres de pensamiento diferente y visionario. Lo que hoy nos pasa como país es el claro reflejo de lo que hemos permitido por décadas, ¿es Honduras ingobernable? ¿estamos arando en el mar? ¿será por esto que nuestra gente solo piensa en emigrar? Vale la pena encontrar respuestas a estas interrogantes, si la nación fracasa es porque nosotros como sociedad también hemos fracasado.

Periodista y catedrático @aldoro/aldoromerohn@gmail.com