El galón de gasolina superó hoy la barrera de los 142 lempiras y las proyecciones no son nada halagüeñas. Los expertos proyectan que antes de que finalice el mes de junio, la gasolina superior habrá alcanzado la barrera histórica de los 150 lempiras.

¿Y el plan de contingencia para enfrentar las consecuencias de este tempestuoso panorama económico que se nos ha venido encima a los hondureños?. De enero a junio la gasolina aumentó más de 47 lempiras y después de 22 semanas sin parar de incrementos al precio de todos los combustibles, nada justifica hoy la inacción estatal, sobre todo cuando el escenario de volatilidad ya había echado raíces desde el mismo inicio del 2022.

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La percepción es que quedaron de brazos cruzados. Reconocemos y lo hemos dicho también que no está en manos del gobierno como tampoco del país, mantener a raya la grosera tendencia alcista en el precio de los carburantes, pero sí está dentro de sus posibilidades y capacidades, recurrir a alternativas y respuestas a las dificultades por las que está pasando la ya de por sí exigua economía de los hondureños.

Que les ha faltado entonces para reaccionar? Hoy lo peor, hemos dicho ya, no es que el precio del gas kerosene de uso doméstico esté por las nubes, o que el pasaje del transporte urbano aumente tres lempiras más, que ya es grave para el bolsillo de los usuarios, sino que no se tenga aún un plan de contingencia, es decir, las medidas que la indetenible vorágine alcista demanda, y poder mitigar las consecuencias de esta escalada.

Aquí de lo que se trata es hacer las cosas a corto plazo para obligarse a centrarse en lo urgente, porque, si no, como reza el adagio popular, “para luego será tarde. No hemos estado haciendo, a pesar del tiempo transcurrido, lo que hicieron los países vecinos. El Salvador fijó los precios de los combustibles y determinó absorber temporalmente los incrementos.

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El gobierno de Bukele adoptó un plan de contingencia de al menos 11 medidas que sin duda contribuyeron a minimizar el impacto de la inflación a cientos de miles de familias salvadoreñas.

Lo hicieron también en Costa Rica para ayudarle a la gente también golpead por los graves problemas derivados de los altos precios. Planes y acciones urgentes que si bien no serán la solución perfecta, es lo más rápido y lo menos costoso hasta que se encuentren soluciones más amplias y de mayor impacto.

Lo peor, lo volvemos a decir, no es que suban aún más los precios ni que la tarifa eléctrica no nos siga electrocutando.

Lo grave es que no hayan salidas ni se mitigue el impacto de esta escalada global, a partir de las medidas y un plan de contingencia que a esta altura ya tuvo que estar en vigencia!

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