Hace un par de semanas escribía sobre la productividad y justo hoy me encontré unos artículos super interesantes sobre un tema relacionado.
¿Has escuchado hablar de las enfermedades profesionales? Algunas, según la Organización internacional son:
- Causadas por exposición a agentes que resulte de las actividades laborales
- Enfermedades según el órgano o sistema afectado (en este inciso se incluyen los trastornos mentales y del comportamiento)
- Cáncer profesional
Otras enfermedades
El tema se resalta esta semana porque desde 2003 la OIT celebra cada 28 de abril el día de la seguridad y salud en el trabajo. A continuación, me enfocaré brevemente en el impacto que tienen las largas jornadas de trabajo. De acuerdo con las Naciones Unidas, “Un entorno laboral seguro y saludable es un principio y un derecho fundamental en el trabajo,” y “El factor de riesgo profesional al que se atribuye un mayor número de muertes es la exposición a largas jornadas de trabajo que provocó 745 000 muertes en 2016. Entre 2000 y 2016 el número de muertes por cardiopatía isquémica debido a jornadas laborales prologadas aumentó un 42 % y por accidente cerebrovascular un 19 %.”
Ni quiero imaginar cómo estarían estas estadísticas hoy por hoy.
Estos datos lo que nos dicen es que las largas jornadas laborales permanentes matan. No hay un balance entre vida personal y profesional, y está pasando factura en la salud de las personas. Recordemos que el burnout o “agotamiento” se debe evitar a como dé lugar porque su efecto es tanto a nivel emocional/mental como físico. Algunas recomendaciones de expertos:
- Aumentar la productividad de manera eficiente y eficaz, (lo cual no implica más horas en el trabajo a diario)
- Correcta distribución de responsabilidades
- Ambiente laboral estable y saludable
- Seguridad psicológica
- Buena comunicación
Les dejo los enlaces para leer más sobre este tema:
Seguridad y salud en el trabajo / OIT
Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo
28 de abril
La OMS y la OIT alertan de que las jornadas de trabajo prolongadas aumentan las defunciones por cardiopatía isquémica o por accidentes cerebrovasculares