La evidencia reciente nos muestra como nuestra clase política no ha sido capaz de solventar los altos índices de corrupción, el debilitamiento del estado de derecho e institucionalidad.

Ejemplos claros de estos problemas estructurales los podemos observar cada año con la reprobación de los indicadores de la Cuenta del Milenio - lo cual se traduce en que nuestro país ha dejado de acceder a aproximadamente unos 700 millones de dólares provenientes de la cooperación de los Estados Unidos durante los últimos quince años- Para poner esta cifra en perspectiva el equivalente a aproximadamente a dos bonos soberanos. 

Estos recursos se hubiesen utilizado perfectamente en la implementación de proyectos de desarrollo con un alto impacto en el crecimiento económico y la reducción de la pobreza.

La corrupción y la falta de institucionalidad representa además una barrera al crecimiento económico de nuestro país en medio de uno de los momentos más críticos de nuestra historia política y económica. 

Es por ello que buscar soluciones inmediatas debe ser una prioridad. En este CONTEXTO el próximo proceso electoral representa una oportunidad única para seleccionar a las nuevas autoridades que dirigirán el destino de nuestro país. 

Estos hondureños que formarán parte del próximo Congreso Nacional y el ejecutivo deben entender que los mecanismos para luchar contra estos flagelos son claros, que no es necesario re-inventar el agua caliente como decimos coloquialmente y que solo se requiere de un compromiso genuino por Honduras.

Entre Algunas soluciones prácticas e inmediatas que el Próximo Congreso Nacional y El ejecutivo debe implementar podemos mencionar: Reformar el Nuevo Código Penal, Eliminar la Ley de Secretos, Comprometerse a contar con Misiones Internacionales Contra la Corrupción con el apoyo de la cooperación internacional, Establecer una Ley de Servicio Civil basada en meritocracia e implementar mecanismos creíbles de rendición de cuentas en el uso de los recursos públicos.

Finalmente, es claro que la sociedad civil y el sector privado serán importantes en este proceso de búsqueda e implementación de soluciones. 

Sin embargo, no quiero dejar por fuera a los jóvenes de nuestro país - Estos jóvenes que incluye a los denominados Millennials y la Generación Z- Estos Jóvenes deben tomar un rol protagónico en la búsqueda de soluciones y su voz debe ser escuchada en el próximo proceso electoral.