Aunque el alimento enlatado es uno de los favoritos porque puede conservarse por muchos meses en buen estado, esto cambia una vez abriéndose, ya que el empaque está fabricado con acero laminado y aluminio.

Si bien es cierto, el producto cuenta con un seguro sellado al vacío para proteger el alimento, pero concluye su función una vez abierta la lata por lo que el producto queda completamente expuesto a agentes externos que producen que el metal se oxide.

Además de estar expuesto a la oxidación, el alimento puede proliferar hongos y otros microorganismos que provocan enfermedades.

Lea también: 5 recomendaciones para una alimentación más saludable: cuida tu cuerpo y bienestar

De acuerdo con expertos, una de las bacterias que se puede desarrollar en alimentos conservados en latas abiertas es la Clostridium botulinum.

Esta bacteria, según el Centro para el Control y la Prevención de Alimentos (CDC), genera una toxina que provoca botulismo, "una enfermedad rara, pero grave, causada por una toxina que ataca los nervios del cuerpo. Puede causar dificultad para respirar, parálisis muscular y hasta la muerte".

Además: ¿De dónde proviene el agua que consumimos?: importancia, purificación y riesgos