Una investigación publicada recientemente demuestra que algunos cambios cognitivos podrían producirse incluso años después de haber dejado de jugar videojuegos.

Ante el debate generado por distintas investigaciones acerca del cambio cognitivo en el cerebro, la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), en España, decidió indagar al respecto, formando un artículo científico con interesantes resultados.

“Aquellos que fueron jugadores habituales de videojuegos antes de la adolescencia, a pesar de que en la actualidad ya no lo sean, mostraron un mayor rendimiento en tareas de memoria de trabajo, que implican la retención y la manipulación de información en la mente para producir un resultado”, señala Marc Palaus, doctor de la UOC.

Asimismo, en el artículo realizado por Marc Palaus, Elena Muñoz, Diego Redolar y Raquel Viejo, participaron 27 personas entre edades de 18 a 40 años con y sin experiencia audiovisual.

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De tal modo que, los resultados demostraron que los participantes que no tenían experiencia temprana en videojuegos no se beneficiaban de una mejora al procesar e inhibir estímulos irrelevantes. De hecho, eran más lentos que quienes habían jugado a videojuegos de pequeños, lo que concuerda con estudios previos.

“Las personas que durante su infancia eran jugadoras habituales de videojuegos tenían un rendimiento inicial mayor al procesar objetos en 3D, aunque estas diferencias se mitigaban tras el periodo de entrenamiento en videojuegos, cuando los dos grupos terminaban rindiendo a un nivel similar”, señaló Palaus para ABC.

En ese sentido, uno de los juegos a utilizar para el estudio fue “Super Mario Bros 64”, de Nintendo, los expertos analizaron las habilidades cognitivas de los participantes tres veces: antes de que empezaran el entrenamiento con videojuegos, al terminarlo y quince días después.

Según Palaus, lo que comparten la mayoría de videojuegos es la presencia de elementos que incitan a seguir jugando y una curva creciente de dificultad que provoca que la actividad sea constantemente un reto.

“Los videojuegos son la receta perfecta para potenciar ciertas capacidades cognitivas prácticamente sin darnos cuenta”, concluyó. Sin embargo, el científico recuerda que estas mejoras influirán de forma limitada en el rendimiento en otras actividades fuera de los videojuegos, como sucede con la mayoría de entrenamientos cognitivos.

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