El avance en la educación inclusiva, una rama de la enseñanza y educación, ha beneficiado a muchas personas que han sido incorporadas en un sistema donde muchas veces se les niega la oportunidad por diversos motivos, incluyendo la falta de preparación del centro educativo para albergar a los niños que merecen un trato igualitario, pero personalizado.

La educación inclusiva surge al proceso de una respuesta a la diversidad de necesidades en el amplio grupo de estudiantes, en cualquier nivel educativo (prebásica, básica, media y universidad) para los procesos de enseñanza y aprendizaje, explicó a tunota, la pedagoga Ana Varela.

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“Tal como su nombre lo dice, consiste en incluir, sin distinción alguna, a todos los educandos con necesidad especial. No es tratar al resto de los estudiantes como si fueran ‘especiales’, al contrario, tratar al estudiante con alguna conducción como un estudiante ‘normal’”, explicó.

Capacitaciones

Para lograr una verdadera oportunidad de inclusión, es necesario capacitar y fortalecer a cada docente y centro educativo, “siempre considerando las adecuaciones curriculares pertinentes para el desarrollo de la temática que se está impartiendo”, dijo Varela.

“Es prioritario capacitar a todos los docentes sin importar el nivel educativo para detectar y desarrollar a los estudiantes con necesidades especiales y brindarle al padre de familia asesoría psicológica, pedagógica y social para trabajar con su hijo o hija. Sobre todo, la parte de aceptación, ya que en pleno siglo 21 se ven estas necesidades como castigos divinos o como una enfermedad, y claramente no lo es”, indicó.

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Familia

La familia es la base social, y funge como educadora informal, por lo que trabajar con cada miembro, con el objetivo de afrontar el manejo, la aceptación, adaptación e inclusión de estos niños, jóvenes o adultos con necesidades especiales, ya sean motrices, de aprendizaje, de lenguaje, será de mucha importancia y avance.

Lo ideal es que todas las instituciones educativas se preparen con adecuaciones curriculares, espacios pedagógicos y de infraestructura adecuado para la atención de los educandos.

Asimismo, concienciar a la comunidad educativa sobre el respeto y la inclusión, y finalmente, al egresado, que los derechos sean reconocidos y respetados como el de un trabajo digno, detalló Varela.

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Desde la casa se debe iniciar el fomento de igualdad e inclusión, por lo que la pedagoga mencionó que es vital aceptar la realidad del estudiante.

Con las clases virtuales por pandemia, se deben seguir las instrucciones de cada docente e integrarlo en todas las actividades del hogar, esto les motivará a continuar en sus propósitos.

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