Investigaciones recientes han arrojado luz sobre los peligros que conlleva el vapeo diario, revelando daños significativos en múltiples órganos y sistemas del cuerpo.

Según informes de Texas Health and Human Services, la nicotina, un componente común en los líquidos de vapeo, puede tener efectos perjudiciales en el desarrollo cerebral de los adolescentes.

El consumo regular puede dañar áreas clave responsables de la atención, el aprendizaje y la regulación de impulsos, provocando daños que podrían ser irreversibles.

El dr. Rhomas Eissenberg, especialista en investigación del tabaco de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia, advierte que los pulmones enfrentan daños significativos debido a los químicos aromatizantes y las partículas ultrafinas del vapor.

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Estos elementos pueden causar desde ataques de asma hasta problemas respiratorios crónicos, especialmente preocupantes en usuarios que inhalan repetidamente durante el día

El vapeo también introduce metales pesados en el organismo, los cuales pueden acumularse y dañar órganos vitales como el corazón, los riñones y el hígado.

Además, las sustancias químicas irritantes del vapor afectan los ojos, nariz y garganta, y están relacionadas con un aumento en el riesgo de cáncer de pulmón y garganta. No menos peligrosas son las explosiones de baterías de los dispositivos de vapeo, que pueden causar lesiones severas.

Adicción

La adicción a la nicotina es otra grave consecuencia del vapeo regular. Esta sustancia crea dependencia y complica los esfuerzos por dejar otros hábitos nocivos, como el tabaquismo tradicional. Además, puede actuar como puerta de entrada a otras adicciones, complicando aún más el panorama para la salud juvenil.

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