Al recibir la noticia de un pronóstico terminal de un familiar la vida como la conocías cambia para siempre. Miles de pensamientos y sentimientos agobian y comienza un duro camino que si lo afrontamos con la actitud correcta, nos llevará a crecimiento y paz interna, y al final nos dará consuelo y aceptación.

Una estrecha relación con Dios es indispensable, tanto para uno como para el enfermo. Fe, abandono en Él y aceptar su voluntad en todo momento.

Reconocer que el tiempo que hay entre el diagnóstico y el desenlace es un regalo no es fácil, pero es clave para ir de la mano con nuestro familiar en ese último tramo de su existencia terrenal.

Vendrán momentos de conversaciones duras, llanto, desesperación y cuestionamiento. Es normal, permití las emociones fluir, gestionadas correctamente para que en lugar de bloquearte, te impulsen a hacer de ese regalo del tiempo, un tesoro.

Y digo tesoro porque todo lo que hagas con y por esa persona, es lo que permitirá tener paz y que el duelo sea más llevadero.

Aunque te estés partiendo a pedazos del dolor, con fortaleza y valentía actúa y prepárate para caminar junto a el(ella) los últimos pasos, haciendo de esos últimos momentos memorables, llenos de amor, empatía y lucha.

Cuando llegue el momento que no quisimos sucediera, te darás cuenta que no hay forma de estar preparado. Te consolará el haber estado presente luchando y amando. Aprenderás a vivir con el dolor de la ausencia de esa persona. Aprenderás a valorar los recuerdos y agradecer el tiempo, a que trascendemos y logramos ser felices a pesar de, porque cuando te enfrentas a este tipo de situaciones, te das cuenta que somos seres temporales, que nuestra misión es lograr una vida eterna en Dios y que hemos sido bendecidos al vivir con alguien esa transición. Y tu forma de ver la vida cambia de nuevo, para siempre.

Amas más y mejor, y te volves más humano.

En mi caso han pasado 7 años, y como escribió mi papá, mi madre, el único dolor que causó, es su ausencia.” El tiempo es el mejor consejero y muestra que las dificultades y adversidades nos ayudan a crecer.

Mi solidaridad y apoyo si estás enfrentando esta situación.