Si estudiamos el modelo hispano tradicional de calles y cuadras en cuadrícula, descubrimos que crea formas eficientes de circulación. Una de las razones más importantes para nuestra degradación de calidad de tráfico es la pérdida por distintos motivos del aprovisionamiento de vías complementarias. 

Esto obliga al tráfico a concentrarse en las pocas vías existentes, causando embotellamientos.

La solución de este problema requiere de acciones paralelas en 3 áreas distintas: es necesario maximizar el uso de las calles existentes, se debe eliminar los obstáculos y habilitar conexiones entre vías, y se debe planificar a futuro para que no se siga replicando el problema. 

Hay que considerar que en una ciudad las calles son consideradas como un bien público, y que en todas las urbanizaciones esto se sabe de origen.

Para las vías actuales se deben habilitar todas para el tráfico general. Un cierre de calle solo se podría justificar en horas nocturnas (cuando ya ha descendido el tráfico después de las 8:00 PM), a excepción de una vía con un único acceso (callejón).  De lo contrario, esta forma parte de una red urbana que fue concebida para trabajar como conjunto. Retirar el acceso público a la misma degrada la circulación de todos, incluyendo a los supuestos beneficiarios de la privatización del bien público.

Esto debe de ir acompañado de apertura de retornos y cruces en las vías principales. Se ha pretendido operar como autopistas nuestras vías urbanas principales, eliminando los cruces.

Esto es útil hasta cierto punto, pero es necesario considerar que la autopista se concibe como una forma expresa de transporte entre sus términos, excluyendo las necesidades locales en sus partes intermedias. Por tanto, dentro de una ciudad, puede causar más problemas de los que resuelve, si no existen vías alternas.

Otra acción importante es recuperar o construir las conexiones entre vías existentes. Una vista al mapa real vial de la ciudad nos indica que existe una enorme cantidad de callejones que debiesen de conectar a las calles vecinas y que los mismos no fueron prolongados. Al no tener utilidad inmediata, estos han sido usurpados por los propietarios de los predios colindantes, en algunos casos. 

Entre urbanizaciones muchas veces se habían previsto conectores que nunca se desarrollaron. Otra vez  hemos visto que se aíslan urbanizaciones de extensiones inmensas, dejándoles un solo acceso, afectando la circulación general pero también la de los residentes. 

Al cerrarse los posibles pasos, los mismos con el paso del tiempo se van privatizando y esto va a ser mucho más difícil resolver el problema futuro, ya que implicaría una afectación a terceros. Por tanto, se debe exigir un acceso público cada cierta distancia en una urbanización, y hacia todas sus calles colindantes, y prohibir el cierre de este.

Para el desarrollo futuro, ya es urgente que se deje normado la obligatoriedad de integración a las vías primarias de forma pública de formas múltiples, y dejar las vías de alivio y principales definidas para proteger sus derechos de paso futuros.

Cómo se está desarrollando la ciudad, parece que más allá del anillo periférico no existe ninguna previsión de integración vial, con lo que a la ciudad quedaría limitada en crecer. A algunos propietarios les podría parecer que privatizar las calles y no dejar pasos públicos (unido a la indiferencia gubernamental), es en su interés. 

Esto es una visión muy a corto plazo, porque la plusvalía inmobiliaria depende en gran medida de la accesibilidad, ayudando a sus bienes ya desarrollados y a sus propiedades agrestes contiguas que pueden pretender lotificar después.

Por lo tanto, es en interés de toda la comunidad ir resolviendo este problema.  Un sistema vial funcional es un factor importante en la mejora de la calidad de vida, va a 21 programas, 21 según lores de la propiedad, eficiencia en la producción, y potencial de crecimiento.  Es un beneficio para todos.