La comunicación más importante es la que logras con vos mismo, igual la escucha.

¿Escuchas tus pensamientos, tus necesidades, tus logros, miedos, aspiraciones, sueños? ¿Escuchas tu cuerpo? ¿Te hablas con amabilidad y compasión? ¿Te motivas, retas? ¿Reconoces tu humanidad y tu sobrenaturalidad? ¿Dialogas con vos mismo de una manera franca y realista sin caer en la zona de confort o el fatalismo?

Empezamos por ahí. Y luego seguimos practicando una comunicación efectiva y escucha activa con los demás para lograr siempre diálogo.

Tener la capacidad de establecer conversaciones productivas, positivas, retadoras, alegres y realistas, al mismo tiempo que logramos escuchar es el punto de partida para una relación familiar, personal y laboral exitosa.

Toda situación tiene una salida favorable a través del diálogo. Un dialogo receptivo, creativo, optimista, de crecimiento, divertido, estimulante, retador o compasivo; dependiendo de la situación en particular.

Cuando estamos estancados es porque no estamos logrando eficientemente ese diálogo ya sea personal o profesional, porque al no lograrlo no avizoramos soluciones, no vemos la luz al final del túnel, y continuamos enredados en las mismas ideas sin pulir un horizonte por donde avanzar para lograr el objetivo deseado.

El diálogo es la principal forma de comunicación oral y ya sea espontaneo u organizado, debe existir para mantener una relación saludable, productiva y duradera.

Para lograr dialogar, no debes asumir, debemos estar receptivos a escuchar, preguntar cuando debemos y contestar cuando sea oportuno.

A procurar y mantener el diálogo siempre. A nivel personal para lograr relaciones sanas. A nivel laboral para cumplir con los objetivos y lograr el éxito del equipo de trabajo. Si has intentado establecer diálogo con alguien y no ha habido forma, aléjate, manten tu distancia saludable y toma las acciones que la situación amerite.

Si a nivel laboral no lo logras, es hora te replantees si estas donde deberías estar o tenes que hacer algún cambio.

Mientras tanto, en este camino continuo, rodéate solo de gente que sume a tu vida, que te energía, amor, apoyo, ánimo, que celebre tus logros y te ayude a levantarte en tus fracasos, que sean como el girasol, generosos con aquellos a su alrededor que necesitan luz. Y vos, por supuesto, siendo lo mismo para los demás.

Avanzando, con paso firme hacia el frente y disfrutando el proceso.