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El periodista deportivo Rely Maradiaga publicó en su cuenta de Twitter un curioso reclamo dirigido a la señora que le vendió una baleada y le echó lácteos -cuando su instrucción era que no lo hiciera- y, por la divertida forma que lo contó, el mensaje se volvió viral casi de inmediato.
“Carta abierta a la doñita de las baleadas que le puso lácteos a mis baleadas”, dice el primer tuit con el que comenzó a deshilar su reclamo el periodista de Deportes TVC.
A plena mañana del viernes 18 de noviembre, Rely decidió contarle a sus más de 70 mil seguidores en Twitter “la tragedia” que le acababa de ocurrir. “La instrucción era muy sencilla: Sin lácteos. Ni queso ni mantequilla”, precisó.
Aquí es donde comienza lo divertido, pues fiel a su estilo Rely se encargó de dedicarle unas palabras a la señora, a quien muchos le pusieron nombre comparándola con la vendedora de baleadas de su cuadra.
“Yo confíe en usted y ese fue mi error. Confiar en que su experiencia le permitiría manejar esos varias órdenes al mismo tiempo y que no olvidaría mi humilde petición”, es solo parte del dramático reclamo que ya circula en redes sociales.
Haciendo uso de su facilidad para las palabras y talento para la redacción, Maradiaga continuó relatando su “desgracia”. Tras hacer énfasis en que su petición era sencilla y que significaba un ahorro para la vendedora, agregó:
“No merecía su olvido. No merecía que mi humilde instrucción se fuera al fondo de sus pensamientos y que priorizara a otros clientes que capaz y la ven a usted como una vendedora más”.
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Indignado, siguió reclamando por haber sido ignorado por la vendedora. “¿Qué le hizo olvidar que mis baleadas eran sin lácteos? Solo espero que haya sido algo importante. Un amor que nunca fue, un sueño por realizar, algo que de verdad merezca la pena”.
Ya habiendo captado la atención de sus seguidores y de todos los usuarios a los que les llegó la historia compartida más de 60 veces en su tuit principal, el periodista que forma parte del equipo de Deportes TVC describió cómo fue ese momento en el que abrió la bolsa para ver su baleada.
“Yo, mientras tanto, jamás olvidaré la sensación de abrir esa bolsa y ver la mantequilla derramada. No son las baleadas lo que me duele, es su desprecio. Lo poco que soy para usted”, escribió el relator deportivo que en varias ocasiones ha indicado que es intolerante a la lactosa.
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Sin embargo, y pese al mensaje, Rely aseguró que seguirá con su vida “con la lección aprendida de no confiar en nadie, ni siquiera en una señora tan adorable como usted. Escribiré esto en la arena del olvido, donde las olas de mi cariño irán borrando este triste recuerdo”.
Con el dolor en su alma por haber sido ignorado, pero demostrando su pasión por las baleadas y que en su corazón no cabe el resentimiento, Rely Maradiaga se despidió dejándole claro a la señora que “mañana vuelvo”.
