Néstor Guillermo Gutiérrez, excomandante de la Brigada 15 del Ejército, habló frente a los familiares de víctimas de las ejecuciones extrajudiciales en Colombia, siendo el primero que habló de 10 militares.

De los 10 militares, Gutiérrez dio sus primera palabra y habló ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en un evento que contó con la participación de familiares de las víctimas asesinadas en casos de falsos positivos.

“Yo reconozco y acepto mi responsabilidad como coautor por los crímenes de guerra, de lesa humanidad y homicidio en persona protegida, crímenes que cometí”, manifestó Gutiérrez, según el sitio El Espectador.

El excomandante del Ejército contó cómo se daba la orden de mantener resultados en cuanto al número de bajas de miembros de la guerrilla. “Había una presión de altos mandos, que nos exigían dar resultados”, añadió.

El exmilitar señaló que su estrategia fue ir a un burdel de la zona del Catatumbo, donde comandaba al Ejército, para hablar con la administradora del lugar y que le diera nombres de hombres a los que pudieran hacer pasar por combatientes o colaboradores de las Farc.

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“Había que buscar los resultados como fuera. Los grupos de guerrilla no los encontrábamos, pero había que dar el resultado”, aseguró Gutiérrez en su declaración ante la JEP.

“Yo ejecuté, yo asesiné a familiares de los que están acá llevándolos con mentiras, con engaños. Les disparamos cruelmente, cobardemente, y manchamos su nombre y el de su familia. Dejamos a unos hijos sin padre, a una madre sin hijos. Pido perdón a Dios. Hicimos un teatro para mostrar supuestos combates”, añadió.

De igual forma, Gutiérrez le habló directamente a la hermana de uno de los jóvenes asesinados y pasado como un falso positivo. Se trató de Sandra Barbosa, hermana de Javier Peñuela, un hombre asesinado en el Catatumbo por el Ejército.

“Señora Sandra, se lo digo hoy, su hermano era un campesino que se levantaba a las cinco de la mañana y trabajaba hasta las cinco de la tarde. El pecado de este campesino fue ir con un dolor de muela a buscar que se la sacaran en el pueblo”, confesó el excomandante.

Asesinato de campesinos

Militares retirados de Colombia confesaron su responsabilidad en el asesinato de unos 120 jóvenes campesinos y desocupados que presentaron luego como guerrilleros muertos en combate, frente a familiares de las víctimas y en busca de penas alternativas a la cárcel.

La audiencia fue en Ocaña, en el departamento Norte de Santander, en la misma población en la que cometieron sus crímenes en la década del 2000, y representó uno de los encuentros más fuertes desde que se conocieron las primeras denuncias por "falsos positivos", como se llamó a estos casos.

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