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El concepto de “Hombre del Renacimiento” hace referencia a aquellos sujetos de espíritu universal que abarcan gran número de campos artísticos, culturales o científicos y los dominan con maestría.
Leonardo da Vinci: pintor, inventor, arquitecto, escultor, filósofo, científico. Nicolás Copérnico (o Cristóbal Colón, según ese antenombre del Renacimiento llamado Álvaro Ojeda): astrónomo, matemático, jurista, clérigo, estratega militar. Voltaire: escritor, abogado, filósofo, historiador.
Pero, ¿en la actualidad existen los llamados Hombres del Renacimiento?
Algunos lo han intentado y han fracasado estrepitosamente. La carrera musical de David Hasselhof es lo más parecido a un aquelarre de enfermedades venéreas que ha existido jamás, y Michael Jordan demostró que puedes ser un Dios del baloncesto y a la vez un aborto jugando al baseball. Pero entonces, cuando nos creíamos ya huérfanos de genios de la polimatía, apareció Donald Glover.
Donald Glover es el verdadero hombre del renacimiento: actor, cantante, cómico, escritor, empresario y uno de los tipos mejor vestidos de este siglo.
A Donald Glover no se le escapa nada y, no conforme con ser una de las voces más originales de Hollywood –firmando con Atlanta una de las mejores series de las plataformas de streaming–, también pretende ser una de las personas con el estilo más distinguido y peculiar del panorama. Ya sea a golpe de short shorts o con el traje más impoluto, Donald Glover es el tipo con gusto al que todos nos queremos parecer.
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