Cada 31 de octubre se celebra en Honduras y en diferentes países del mundo el Halloween o mejor conocido como el día de las brujas en el país.

Aunque está tradición poco a poco se ha ido extendiendo en diferentes rincones del planeta, no todo el mundo está de acuerdo con su celebración, ya que la consideran una mala práctica.

En Honduras el 31 de octubre se celebra con fiestas por la noche, en la cual las personas deciden ir vestidas de sus personajes favoritos ya se han de películas o de series, siendo un ejemplo como esta tradición europea ha llegado al país.

En otros países se festeja con las calles llenas de niños, los cuales están disfrazados y salen a pedir dulces, golpeando de puerta en puerta y realizando bromas en toda la velada.

El 31 de octubre se celebra el Halloween. Foto: El País

Historia del Halloween

Los orígenes del Halloween se remontan hace 3 mil años, según la Universidad de Oxford, Inglaterra, cuando los pueblos celtas de Europa (Irlanda) celebraban su año nuevo, llamado Samhain, el cual significa "fin del verano", en el que en la actualidad se considera 1 de noviembre.

La víspera de dicho festival de la cosecha gaélico, Samhein lo que se conoce como Halloween. Se creía que los espíritus caminaban por la tierra mientras viajaban al más allá junto a las criaturas, como hadas y demonios.

Cabe mencionar que, el ritual servía para despedir a Lugh, el Dios del sol y dar la bienvenida a las noches cortas y frías que traía consigo el otoño.

Según el American Folklife Center de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, además, de realizar sacrificios de animales, los Celtas también llevaban disfraces, los cuales probablemente eran de animales con el motivo de confundir a los espíritus.

El Halloween es una tradición de Europa. Foto: Vecteezy

El resurgimiento de esta celebración se produjo en el siglo XVIII, cuando los inmigrantes irlandeses lo llevaron a Estados Unidos y se hizo popular gracias a leyendas urbanas.

Significado de truco y trato

Truco o trato se cree que los celtas disfrazados de espíritus iban de casa en casa haciendo travesuras a cambio de comida y bebida. Está práctica podría proceder de la costumbre de dejar comida y bebida en las puertas de la casa como ofrenda para seres sobrenaturales.