La elaboración de las tradicionales alfombras de aserrín alusivas a la Semana Santa, iniciaron este jueves en Tegucigalpa, capital de Honduras.

Como es costumbre, cada Jueves Santo son elaboradas por feligreses católicos de diferentes iglesias que, con moldes y aserrín de colores, le van dando forma a la imagen religiosa que pretenden quede plasmada en el pavimento de la ciudad y que servirá para marcar el paso del viacrusis.

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En la realización de dichas alfombras, participan una buena cantidad de jóvenes pertenecientes a las diferentes diócesis de la Iglesia católica de la capital. Cada alfombra representa una estación de las representaciones de la pasión de Jesús.

La Semana Santa, para muchos hondureños, es un tiempo de reflexión espiritual, durante el cual recuerdan la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. En este día las calles del centro de Tegucigalpa son el escenario perfecto para la evangelización.

Durante la noche del Jueves Santo, el arte florece en diferentes ciudades de Honduras con las coloridas alfombras de aserrín; sin embargo, los capitalinos no se quedan atrás.

Durante los últimos 50 años, estas alfombras se han convertido en toda una tradición de Semana Santa, pues cada año son más las ciudades que adornan sus calles principales con estas obras de arte.

Entre esas ciudades se encuentran Comayagua (Comayagua), Tegucigalpa (Francisco Morazan), Santa Rosa de Copán ( Copan), Danlí (El Paraíso), Juticalpa (Olancho), Gracias (Lempira) y Santa Bárbara (Santa Bárbara).