El rubro del transporte público se ha vuelto uno de los más vulnerables en Honduras, siendo así que cada dos días y medio un trabajar del rubro, ya sea conductor o ayudante, es asesinado.

De acuerdo con datos del Obervatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), en los 66 días que han transcurrido en 2022 unos 25 transportistas fueron víctimas de la violencia, los últimos dos de ellos durante el fin de semana.

"Es la ocupación de mayor riesgo en el país, año con año estamos viendo muchas muertes violentas y en muchos de estos casos tienen que ver con el mensaje que les mandan a los trabajadores en el cobro de la extorsión", indicó Migdonia Ayestas, directora del OV-UNAH.

Según Ayestas, durante el 2020 fueron asesinados 108 hondureños ligados al rubro del transporte, pese a que el país se mantenía en confinamiento debido a la pandemia del covid-19 que inició en Honduras en marzo de 2020.

Mientras que en el 2021 la cifra aumentó a 134. Esa misma cifra se contabilizó durante el año 2019, de acuerdo con el OV-UNAH.

"La extorsión que les cobran a los transportistas por ingresas u operar en barrios y colonias pone en riesgo la vida de los empleados del transporte. Es importante que los dueños del transporte y las autoridades deban establecer mecanismos de seguridad para garantizar la vida de los transportista", apuntó Ayestas.

Cifras en Honduras

Datos del OV-UNAH recogen que las ciudades más afectadas por la extorsión y asesinatos de conductores del transporte son San Pedro Sula y Choloma, en Cortés, al norte de Honduras; y Tegucigalpa, capital del país.

De 2010 al 2018, el Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (Iudpas) de la UNAH contabilizó 1,647 transportistas muertos de manera violenta.

Según la ocupación de las víctimas, los conductores de taxi son los más vulnerables al acumular 827 homicidios, que representaron el 50.2 por ciento del total registrado de 2010 a 2018.

Durante el 2020, el OV-UNAH reportó alrededor de 134 transportistas muertos en Honduras, muchos de ellos por no realizar el pago de la extorsión, a pesar de la pandemia del covid-19.

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