El hospital de San Lorenzo, Valle, al sur de Honduras es el mejor ejemplo que no necesariamente un modelo centralizado de salud es la mejor opción para un sistema de sanidad pública, eficiente e inclusivo.

Las condiciones actuales de ese centro asistencial son de extrema gravedad y obedecen a varios factores; uno de ellos es el retiro de recursos por parte del Gobierno a la fundación que lo administraba.

El otro, el haber suplantado a los empleados por activistas políticos y ahora, lo que fue un modelo de descentralización en salud, es un claro ejemplo de calamidad.

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"Desabastecimiento de medicamentos, insumos y materiales hay en estos momentos en el hospital de San Lorenzo. No tenemos nada con que atender a los pacientes", expresó Carlos Cruz, presidente seccional del Sindicato de Trabajadores de la Medicina, Hospitales y Similares (SITRAMEDHYS) en San Lorenzo, Valle.

Intromisión de políticos

De acuerdo con los expertos, la caída libre de dicho sanatorio ubicado en el sur del país, obedece a la intromisión de los políticos, que llevó personal no capacitado a la institución.

Según los que conocieron el funcionamiento del hospital de San Lorenzo en Valle, su éxito se debió a que la fundación que lo manejaba integró un equipo de profesionales con la competencias técnicas que se propusieron cambiar los indicadores para mejorar la atención de la población en la zona sur.

El "estado de coma" que maneja el hospital obedece, según los conocidos en la materia, es por la burocracia e injerencia política. Al extremo que no hay ni alimentos para recuperar a los enfermos.

La diputada de Valle, Lesly Carolina Flores, recientemente presentó una moción en el Congreso Nacional para interpelar al titular de Salud, José Matheu, para que explique la situación del hospital de San Lorenzo y del resto de centros de atención a nivel nacional.

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