El problema de corrupción en Honduras no está arraigado a ideologías, sino al ADN de la nación, señaló el director de Gobernanza y Transparencia de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Lester Ramírez.

"La corrupción no tiene color político, ideología, estatus social, tampoco creencia religiosa, es un tema que está en el ADN del país", dijo a HRN.

"Con este nuevo Gobierno y Congreso Nacional, cinco meses adentro del periodo vemos que este cambio no se va a dar y eso va a producir más corrupción", señaló Ramírez.

El gobierno de izquierda de la presidenta Xiomara Castro, del partido Libertad y Refundación, asumió el poder el 27 de enero de 2022, luego de triunfar en las elecciones generales de 2021 en las que se impuso al entonces candidato del Partido Nacional, Nasry "Tito" Asfura, con lo que puso fin a 12 años de mandatos de ese instituto de derecha.

Castro prometió ejecutar radicales políticas anticorrupción, pero ha sido criticada porque el Congreso Nacional ha aprobado normas que hn sido señaladas de fomentar este flagelo, como la "Ley de Amnistía", que perdonó delitos a exfuncionarios del gobierno de Manuel Zelaya (2006-2009) y la Ley de la Junta Nominadora de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que permite que personas con procesos legales se postulen a magistrados.

A criterio de Ramírez, estas normativas muestran una línea de mantener la corrupción, impunidad y que la justicia sirve para pocos.

El representante de la sociedad civil catalogó como "penoso" que se den este tipo de situaciones luego de que en las elecciones de noviembre de 2021 participará el 68% de la población elegible, el índice más alto desde el retorno de la democracia en 1981.

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Importancia de un Estado de derecho

Ramírez consideró que la pobreza en Honduras no se reducirá hasta tener un Estado de derecho construido con reglas claras para establecer un orden en la sociedad.

"Ese orden ayuda a reducir la desigualdad social, reducir privilegios indebidos y reducir la corrupción, porque todo el mundo se pone de acuerdo para cumplir una regla", explicó.

Indicó que entrar a un Estado de derecho le tomó años a las potencias mundiales; sin embargo, en la actualidad Honduras lucha con vivir en un mundo acelerado en tecnología, mientras que está atrasado "mil años" democráticamente.

Gobernantes del tercer mundo

"Quisiéramos tener políticas sociales como el primer mundo, el problema es que vivimos en el tercer mundo, nuestros gobernantes son del tercer mundo y todavía no han llegado a esa capacidad tecnológica y técnica para desarrollar políticas sociales e inclusivas", sentenció.

Ante ello, manifestó que los líderes del país prefieren huir de la pobreza, en lugar de sacar a la sociedad de ella.

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