Las crecidas de los ríos dejan pérdidas de casi L50 mil millones en 22 años, dice el alcalde de San Pedro Sula, Roberto Contreras.

Dragar los ríos Ulúa y Chamelecón es urgente, así como construir la represa El Tablón.

Las obras deben impulsadas por el Gobierno para resolver el problema de las inundaciones por crecidas de ríos, dice el alcalde sampedrano.

El jefe edilicio lamenta que el Gobierno de Juan Orlando Hernández no haya construido completamente los bordos.

De hacerlo, el valle de Sula no se vería tan afectado con las tormentas que lo golpean, asegura.

“Mientras dichos ríos no sean dragados, los bordos no podrán contenerlos.

Ambos ríos están azolvados y esto genera un reflujo en su desembocadura, pues el mar ante la crecida les impide descargar sus corrientes”, explicó Contreras a tunota.

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Al igual que los demás empresarios de la zona norte, el empresario plantea que la solución final para contener las crecidas intempestivas de ambos ríos es
construir la represa El Tablón.

Las pérdidas acumuladas que dejan las crecidas desde el huracán Mitch, dice el alcalde, andan cerca de $2 mil millones (L49 mil millones).

En tanto, la represa El Tablón cuesta $115 millones (L2,817 millones) y el dragado de ambos ríos vale $35 millones (L858 millones).

Si ambas obras se ejecutaran, no se necesitarían bordos.

“Se le acaba el negocio a los políticos de estar declarando emergencias para hacer compras directas y nuestros ciudadanos que viven en las partes bajas no sufrirían pérdidas en sus cosechas, enseres y hasta vidas humanas”, dijo a tunota.

Un estudio alertó por riesgos

Entre los años 2017 y 2018, se desarrolló en la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), un estudio sobre deslizamientos e inundaciones en el Valle de Sula.

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Según el geólogo Maynor Ruíz, de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), el estudio preveía la compra de un modelo de elevaciones de terreno con una diferencia de altura de un metro.

Lo que en términos de nivelación era un buen producto para generar las modelaciones hidráulicas. Ese modelo ayudaría a ver el comportamiento del río bajo un escenario de lluvia.

Los ejemplos que se utilizaron fueron los que el huracán Mitch generó en su
momento.

“Esa herramienta fue distribuida a las municipalidades y a las regionales del Gobierno para ser utilizadas en la ejecución de obras que pudieran establecer mayor seguridad ante las inundaciones”, refiere el geólogo.

En uno de los puntos del estudio se estableció que Chotepe y el Canal Maya eran insuficientes para evacuar un volumen de precipitación como el de Mitch y el
que se evidenció en Iota.

“Hay planicies de inundación ya definidas que deberían de ser al final, como una zonificación. Es decir, esas planicies de inundación no deberían estar pobladas”,
concluye Maynor Ruíz.

La modelación incluía la altura del agua; es decir, el modelo podía establecer si la altura del agua iba a ser de uno o dos metros.