Hablar de don Dionisio de Herrera es recordar los legados heredados a las generaciones; la primera Constitución y la formación del Estado hondureño que hoy conocemos es gracias a él.

"Un día amaneció cerrada la escuela. El alma del maestro había volado a la eternidad y su nombre acababa de ser recogido por la historia, ufana de adornar con él la brillante página que le reservaba", citan las palabras del historiador nicaragüense, José Dolores Gámez.

Las palabras de Gómez se refieren a don Dionisio de Herrera, primer jefe de Estado de Honduras, un hombre que, al perder su fortuna, dedicó sus últimos años a la docencia en una pequeña escuela de El Salvador.

Murió en la pobreza, su situación económica solo le permitió donar tres pesos en beneficio de la educación del país que lo acogió después de su exilio.

Poco se habla de tan importante persona, en comparación a los demás próceres, pero se debe resaltar su participación en el proceso de emancipación de Honduras.

Como dice el profesor e historiador Martin Alvarado, "la vida de Dionisio de Herrera es una serie ininterrumpida de nobles enseñanzas, muchas hazañas extraordinarias que constituyen para la juventud un paradigma de inestable valor".

Busto de Dionisio de Herrera en el parque del mismo nombre ubicado frente a teatro Manuel Bonilla, en el Distrito Central. Foto: Archivo

Primeros años de vida

Don José Dionisio de la Trinidad Herrera Díaz del Valle, nació en la Villa de Jerez de la Frontera y Mis Reales Tamarindos de la Choluteca, el 9 de octubre de 1781.

Sus padres fueron don Juan Jacinto Herrera; Teniente de Milicias y del Alcalde Mayor; y doña Paula Díaz del Valle, ambos pertenecientes a la mejor sociedad colonial.

Herrera fue primo del sabio José Cecilio del Valle, nacido también en la ciudad de Choluteca.

"Sus primeros años de vida los pasó en su lugar natal, en un ambiente religioso, de trabajo y de sanas, austeras y patriarcales costumbres", según el historiador Ernesto Alvarado García.

Los primeros años de Herrara fueron cómodos económicamente, su familia era criolla y poseía haciendas en el la Villa de Choluteca.

Realizó sus estudios de derechos en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Era respetado en su juventud, junto con Pedro Molina, José Francisco Berrundia y José Cecilio del Valle, que luego lucharían por el progreso y la unión centroamericana. 

Dionisio de Herrera y la independencia

Antes de la independencia de la Corona de España, en agosto de 1820, asumió el cargo de secretario del Ayuntamiento de Tegucigalpa, del edil Narciso Mallol, último gobernante peninsular.

Llegados los pliegos de la emancipación del 15 de septiembre, Herrera redacta el acta de independencia de la Alcaldía Mayor de Tegucigalpa, el 28 de septiembre de 1821, esto debido a la posición de secretario que ocupaba en ese entonces.

El acta de independencia firmada en Guatemala mandaba que se debía preguntar a las provincias sobre la aceptación de la separación del dominio español, Herrera como secretario de Tegucigalpa reafirmó esa decisión.

Su posición fue a favor de la libertad de las provincias de Centroamérica.

"¡Viva la independencia!... manifestaron todos unánimemente la mayor alegría y dijeron: que están pronto a jurar la Intendencia, a construir en ella por cuantos medios sean a su alcance hasta sacrificar sus vidas y haciendas…", exclamó Herrera en la redacción del Acta de Independencia.

Escuela Dionisio de Herrera, ciudad de Choluteca. Foto: Facebook Escuela Dionicio de Herrera

Esas palabras reflejan el entusiasmo en la mente y corazón de Dionisio de Herrera, mismas que se cumplirían, pues murió en la pobreza, sacrificándolo todo por la podría grande.

Herrera "fue partidario de la independencia y participó del movimiento; lo que si hace es redactar el acta de independencia de Tegucigalpa", dijo en una entrevista a tunota.com el historiador e investigador del Instituto Hondureño de Antropología e Historia, Denis Portillo.

Nacimiento del Estado de Honduras

En enero de 1822, asumió el cargo de jefe político de Tegucigalpa, se opuso a la anexión de Centroamérica al imperio mexicano de Iturbide, tiempo después al igual que a Valle la historia les daría la razón.

El 23 de agosto de 1824 se convocó a una Asamblea Constituyente, en la localidad de Cedros, Francisco Morazán, aquí se acordó la unión de las provincias de Comayagua y Tegucigalpa.

Al mismo tiempo, "fue elegido al licenciado Dionisio de Herrera como el primer jefe de Estado de Honduras y como vicejefe al Teniente General José Justo Milla, de orientación conservador", explicó Portillo.

En octubre de 1825 decretó el primer escudo de armas y en diciembre del mismo año la primera Constitución de Honduras.

Estableciendo legalmente el Estado como miembro de la República Federal de Centroamérica, fundada por la Constitución Federal de noviembre de 1824.

Su periodo comenzó el 16 de septiembre 1824, puesto que desempeñó hasta el 9 de mayo de 1827.

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Dionisio de Herrera crea la primera división administrativa

Siendo jefe del Estado de Honduras, junto con su sobrino político y secretario, general Francisco Morazán, decretó la primera división administrativa del país.

Herrera demostró su destacada labor de estadista y creó siete divisiones territoriales: Tegucigalpa, Comayagua, Choluteca, Gracias, Santa Bárbara, Yoro y Olancho.

Herrera creo la primera división administrativa de Honduras. Diseño: Alejandra Aguilar / tunota.com

Además, creó la Secretaría de Hacienda, aprobó la Ley del Monopolio del Tabaco como renta estatal y crea un fondo de rehabilitación para trabajadores mineros.

De igual forma, junto a Francisco Antonio Márquez, organizó “tertulias patrióticas” en cada municipio del Estado, como un espacio para instruir a la ciudadanía.

El historiador Mario Argueta indicó a tunota.com que "Herrera organizó juntas cuyo deber era dar a conocer a los ciudadanos los derechos y los deberes que les otorgaban ambas constituciones".

Herrera se enfrenta al poder eclesiástico

"En 1826 Herrera se vio en la necesidad de luchar contra el poder religioso del canónico José Nicolás Irías que quería sobreponerse a la autoridad civil fundado en las creencias de la Edad Media", expresó el historiador Esteban Guardiola.

Irías se convirtió en el principal opositor a las ideas progresista de Herrera y posiblemente fue el autor intelectual de un intento de asesinato al mandatario.

El 1 de noviembre de 1826, el clericó Irías contrató sicarios para que asesinaran a Herrera en su residencia en Comayagua; sin embargo, ni él ni sus familiares fueron alcanzados por las balas en aquel atentado.

Por este hecho, Irías fue sometido a arresto domiciliario, pero esto no le impidió después orquestar y dirigir varias revueltas armadas en contra de los ideales liberales.

Problemas con Arce presidente de la federación

En 1827, Manuel José Arce, presidente de la Federación de Centroamérica, entró en contienda contra Herrera, esto estuvo estrechamente relacionado a los derechos de los Estado de la federación.

Arce "nunca entendió el mecanismo del Gobierno de la Federación, quiso someter a su capricho al jefe Herrera y como éste le opusiera resistencia a cumplir órdenes sobre asuntos que le eran privativos", explicó Esteban Guardiola.

Por esa razón, Arce envió al teniente José Justo Milla para derrocar del poder a Herrera, como efectivamente ocurrió.

Incendiada Comayagua, Herrera fue puesto en prisión y enviado a Guatemala.

En 1829, Francisco Barrundia, presidente entonces de Centroamérica, lo puso en libertad, después de que Francisco Morazán tomara a Guatemala y venciera a las fuerzas conservadoras.

Jefe de Estado de Nicaragua

Tiempo después, Herrera fue enviado a pacificar Nicaragua en donde cumplió con éxito su importe misión.

Estando ahí, venció gracias a su experiencia gubernamental, su pensamiento político y un admirable sentido común.

Al mismo tiempo, hizo practicar elecciones para miembros del Congreso y este lo designó como como jefe de Estado, asumiendo el cargo en mayo de 1830 a noviembre de 1832.

Dionisio de Herrera fundador del Estado de Honduras. Diseño: Alejandra Aguilar / tunota.com

Jefe de Estado de El Salvador

Al estallar la guerra que trajo como resultado el fraccionamiento de Centroamérica, los enemigos de Herrera devastaron sus ricas haciendas y destruyeron sus bienes hasta dejarlo en la miseria.

En esta condición emigró a El Salvador, donde la Asamblea lo eligió jefe de Estado el 11 de octubre de 1834, después de la caída del jefe, don Joaquín San Martín, cargo que no aceptó.

Tiempo después, en mayo de 1837, volvió a Honduras, siendo jefe de Estado su hermano don Justo José Herrera.

En este tiempo, el deseo de que se reformara la Constitución ya había tomado terreno, la Asamblea de Honduras aceptó el decreto del Congreso Federal que dejaba a los Estados en libertad para constituirse como mejor les pareciera.

El 11 de junio de 1838 se convocó a una Constituyente para reformar la Constitución de 1825. Don Dionisio de Herrera fue vicepresidente de la misma como diputado por Nacaome.

Posteriormente, Honduras declaró la independencia del Pacto Federal, lo que representó que el país se separara de Centroamérica.

Tras participar en 1839 en la Asamblea Constituyente, se retiró de la vida pública y se dedicó a la literatura y enseñanza.

El rostro de Herrera aparece en el billete de 20 lempiras. Foto: Archivo

Muerte de Herrera

Herrera pasó sus últimos días enseñando como director de una escuela de El Salvador, Estado en el que siempre tuvo fe de su progreso.

Murió en suma pobreza y rodeado de numerosa familia el 13 de junio de 1850 en San Salvador.

Su entierro fue humilde y a su sepulcro llegó a acompañarle, diez días después su esposa.

"Uno de sus más altos galardones es el de haber muerto en la mayor pobreza, pudiendo haberse enriquecido", expresó el profesor e historiador Martin Alvarado.

Las hazañas de Dionisio de Herrera constituyen legados para las nuevas generaciones.

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