La Dirección Policial de Investigaciones (DPI) cuestionó la decisión del Ministerio Público de encargarle a la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) el caso del sacerdote Enrique Vásquez, a quien se le encontró muerto el pasado jueves (03.03.2022).
"De repente la ATIC buscando protagonismo en el caso, sin embargo, nosotros ya estamos a acostumbrados a ello. A fin de cuentas es el fiscal quien tiene la potestad de decidir y solicitar todas las dirigencias a la DPI", dijo a tunota.com el portavoz de la DPI, Christian Nolasco.
El sábado, la viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, cuestionó vía Twitter la determinación del Ministerio Público, entidad que informó que la investigación recaerá en la Fiscalía Especial de Delitos Contra la Vida.
"¿Por qué? ¿Es un caso de impacto o qué hay detrás?", indicó Villanueva.
"Sorprende que cuando la DPI comenzó a indagar, la ATIC dijo que tenía siete equipos trabajando. No es cierto, ni por cerca la ATIC acudió al lugar del levantamiento, ni inspeccionó la escena", apuntó Nolasco.
Desaparición
Al sacerdote, conocido como "Kike", se le encontró sin vida el 3 de marzo en una zona montañosa en el municipio de Morazán, Yoro. Su cuerpo, de acuerdo con la pericia forense, tenía cinco orificios de bala.
Un día atrás, en plena celebración del Miércoles de Ceniza, Vásquez desapareció cuando desde Santa Cruz de Yojoa, Cortés (en donde visitó a su madre) intentaba trasladarse hasta San Pedro Sula.
Sin embargo, sujetos desconocidos lo raptaron y posteriormente lo ejecutaron. Su vehículo, un Mazda BT-50 con matrícula HBO 6316, apareció sobre una calle de tierra en Victoria, Yoro.