Hace exactamente un mes, el pasado 15 de febrero, el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández se convertía en el protagonista de una historia que engloba poder, narcotráfico y un cara a cara con la justicia norteamericana.

Hernández, presidente de la República de Honduras en dos períodos (2014-2018) y la cuestionada reelección (2018-2022), se convirtió en el primer hondureño que ostentó ese cargo y es señalado por la justicia estadounidense como narcotraficante, acusado por tres delitos.

La caída de Hernández

Fue un martes, un día después de San Valentín, que el líder del Partido Nacional se dirigió a las 5:44 de la mañana a los hondureños, mediante un audio publicado en un tuit, donde aseguraba que estaba presto a colaborar con las autoridades, buscando así no se le diera captura.

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"Son las 5:44 de la mañana, le mando un mensaje a todos los que me han acompañado con sus oraciones, sus buenos deseos, no es un momento fácil a nadie se lo deseo", fueron sus palabras al iniciar el audio que duraba 53 segundos.

Con un tono de voz pasivo, como pocas veces se le escuchó, Hernández agregó que estaba presto a colaborar con las autoridades, una vez conociendo que su nombre estaba plasmado en una solicitud de extradición.

"El propósito de este mensaje es que la Policía Nacional a través de mis apoderados ha recibido mi mensaje que estoy presto y listo para colaborar", agregó en ese entonces, de ahí en adelante vino su acabose.

Captura y encierro

Como nadie en su entorno imaginaba verlo alguna vez, Hernández fue capturado por un comando de agentes especiales, militares y policías, bajo el mando en escena del ministro de Seguridad, Ramón Sabillón, quien se hizo presente a la puerta de la casa del exmandatario, en la residencial San Ignacio, donde JOH, como se le conoce popularmente, se despidió entre abrazos y besos de su esposa.

El abrazo de Juan Orlando Hernández y su esposa.

Tras su despedida, Juan Orlando fue esposado de pies y manos, resguardado por decenas de agentes y trasladado en medio de una caravana de vehículos, drones y hasta helicópteros ante la magnitud del hecho.

Posteriormente, el expresidente fue presentado oficialmente como capturado en la base de Fuerzas Especiales, donde se le realizaron los exámenes de salud pertinentes, luego de la orden emitida por el juez natural Edwin Ortez, quien conoció la causa y determinó que el acusado debía estar bajo el resguardo de las autoridades hondureñas a la espera de celebrar la audiencia.

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Audiencia y delitos

El juez que conoce el caso del expresidente podría decidir el miércoles si procede o no su extradición, cuando acuda a la audiencia de presentación de pruebas, la cual se llevará a cabo en la base de la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales, tras solicitud de la Secretaría de Seguridad.

Hernández es el primer expresidente hondureño solicitado en extradición por Estados Unidos por presuntos delitos asociados al narcotráfico.

"El equipo de abogados sigue trabajando y tiene sus argumentos", aseguró ayer 14 de marzo Ana García de Hernández sobre su esposo, quien el miércoles comparecerá ante un juez natural designado por el pleno de la Corte Suprema de Justicia.

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La justicia estadounidense acusa de narcotraficante a Hernández y lo acusa de los delitos de conspiración para importar, fabricar y distribuir droga; usar o portar armas de fuego tipo ametralladoras y conspirar para usar e introducir dicho armamento en apoyo de la conspiración de importación de narcóticos.

Ana García insiste: "no es un narco"

García también señaló que cuando Hernández era presidente, altos funcionarios y exfuncionarios de Estados Unidos llegaban a su casa y "trabajaban mano a mano con Juan Orlando en contra del narcotráfico", por lo que considera que con la solicitud de arresto con fines de extradición "hay algo que no encaja, hay algo torcido".

"Juan Orlando es un hombre de mucha templanza (…) en este momento está con mucha fe, creyendo en esa justicia divina, con mucha disciplina, está en este lugar y está bajo vigilancia permanente las 24 hora", sostuvo el 14 de marzo en entrevista con HRN y TSi de Televicentro.

En cuanto a los cargos que Estados Unidos le imputa al expresidente, Ana García insistió en que "yo estoy segura que mi esposo no es narcotraficante (...) ha sido un hombre dedicado a su trabajo; hace unos días veía una pancarta que decía que el delito de Juan Orlando es haber combatido el narcotráfico, lo que estamos viviendo es una venganza", sostuvo.

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