Ya son al menos 77 viviendas las que han presentado daños importantes por una falla geológica activada por las lluvias en la colonia Guillén, un barrio al noroeste de Tegucigalpa, la capital de Honduras, donde al menos 250 personas han sido evacuadas por el riesgo de los derrumbes.
En sus rostros se ve la agonía de perder el esfuerzo de décadas de trabajo, sin la esperanza de un terreno para reconstruir sus viviendas porque el lugar donde convivieron por años, quedó reducido a escombros y la zona es inhabitable.
Los damnificados han comenzado a desalojar lo que queda de sus viviendas; aunque han logrado sacar algunos de sus enseres y mascotas, la frustración e incertidumbre invaden sus rostros, pues están conscientes de que las calles que corrieron cuando eran niños, jamás las volverán a ver.
La Policía Nacional y la Policía Militar, entre otros cuerpos de socorro, llegaron desde tempranas horas para contribuir en el desalojo, encontraron una zona como de guerra, donde afortunadamente no hay "soldados" caídos, pero el riesgo es inminente.
Todos deben desalojar
La orden oficial es clara, nadie puede seguir viviendo en la colonia Guillén, pero la gran interrogante que invade a los pobladores, es, ¿Y adónde voy a ir? "Nosotros no nos hemos ido porque no tenemos para donde, los albergues ya están saturados y muchos no tienen nada que comer", comentó entre lágrimas doña Gloria, una de las afectadas.
Testimonios
Los derrumbes han destruido viviendas construidas con ladrillos, bloques de cemento y otros materiales livianos como madera y laminas, estos últimos utilizados por las familias más pobres de los sectores afectados por la falla geológica.
La propuesta de las autoridades municipales hasta el momento, es un bono de nueve mil lempiras para el pago de tres meses de vivienda, una solución que no da esperanzas a los centenares de familias que tienen que comenzar de cero y no saben a quién recurrir.
"Para dónde nos van llevar, yo no quiero dejar mi casita porque es lo único que tengo", dijo llorando una vecina de la colonia Guillén, al tiempo que mostraba lo que fue su hogar "durante 21 años".
La mirada triste de este ciudadano es el claro reflejo de la incertidumbre en la que se encuentra, todas las casas al rededor de la suya fueron reducidas a escombros y es cuestión de horas para que la suya corra la misma suerte.
Se niegan a abandonar sus pertenencias
Algunos niños sacaban sus juguetes, computadoras, perros y gatos, entre otras cosas, sin saber el sitio en el que serán albergados de manera temporal por las autoridades municipales.
Al menos 50 viviendas están pendientes de ser evacuadas, pero lo más crítico es que hay viviendas que no están aptas para ser habitables y sus dueños se niegan a dejarlas sin tener un lugar seguro a donde ir.
"Me dijeron que me tenía que salir por la zona de riesgo. Mi casa no tiene ninguna fisura pero por precaución nos vamos a ir", lamentó doña Locadia.
"Tengo 40 años de vivir aquí y ahora me iré a donde un familiar a ver si me hacen una casa de cartón", agregó la sexagenaria.
Una bomba de tiempo
La capital de Honduras, Tegucigalpa, está situada a unos 1,000 metros sobre el nivel del mar y cuanta con varias fallas geológicas, de las que algunas han sido activadas en los últimos 50 años.
Una de las fallas más graves es la actual, tanto por la destrucción que ha causado y la cantidad de viviendas destruidas, algunas de dos y tres niveles.
Hasta ahora no se han registrado víctimas mortales por los derrumbes de las zonas dañadas, a las que las autoridades municipales han cerrado el paso y solo permiten el acceso de los organismos de rescate.
"Son aproximadamente 127 viviendas que están en una zona de alto riesgo. Se han evacuado más de 77 viviendas y se han aperturado seis albergues", apuntó Nelson Méndez, gerente del Comité De Emergencia Municipal (Codem) de la Alcaldía del Distrito Central.
Méndez agregó que ya se tiene un plan para poder evacuar a las personas que no han querido ser evacuadas, pero han visto que se han caído algunas viviendas y ya han comenzado a desalojar.
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