En cuestión de meses la directora ejecutiva del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Gabriela Castellanos, pasó de ser heroína anticorrupción a una acérrima adversaria del partido de gobierno, Libertad y Refundación (Libre).

Esto, luego que su dirigencia acusara a la organización que preside de impulsar el golpe de Estado de 2009 contra el expresidente José Manuel Zelaya, y alinearse a los intereses de Estados Unidos.

"En las instalaciones del CNA fue que se planificó el golpe de Estado en el año 2009. Me preocupa cuando voces como la de Gabriela Castellanos, que a mí criterio está completamente alineada con una estrategia norteamericana, empieza a causar revuelo", dijo Gilberto Ríos, dirigente de Libre.    

Ante ello, la diputada del Partido Salvador de Honduras (PSH), Suyapa Figueroa, manifestó que dicha acusación de Ríos contra Castellanos, denota intolerancia y doble moral.

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Además, Figueroa aseguró sentirse sorprendida por la forma malintencionada que se busca desacreditar el trabajo valiente de una lideresa anticorrupción; cuando antes de ser Gobierno, Libre respaldaba sus acciones.

"Me parece discordante el discurso que se tenía antes con lo que se está haciendo en este momento. La verdad que el CNA ha sido de esas pocas instituciones que han tenido credibilidad y que han sido muy bien dirigidas", sostuvo Figueroa.

Durante los siete meses del Gobierno de la presidenta Xiomara Castro el CNA no ha escondido su inconformidad con la amnistía política, la ilegalidad de la Junta Directiva del Congreso Nacional y la elección irregular del Procurador General de la República.

Además, de sumarse a la exigencia de una Comisión Internacional contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (CICIH) independiente y una Corte Suprema de Justicia (CSJ) de garantía.

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