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Los descubrimientos de un mayor número de plantaciones de coca y laboratorios de droga en Honduras, representan una clara señal de cambios del papel que tiene el país dentro del tráfico de drogas en la región.
Solo en lo que va el 2022, las autoridades han encontrado 13 puntos con plantaciones en 63 hectáreas con 693 mil arbustos de coca.
Honduras había sido un corredor de tránsito, pero hoy presenta una proliferación de cultivos de coca y campamentos de producción.
Lo que demuestra que el cultivo ilícito echó raíces después de años de experimentos sustentados a pequeña escala.
Estos sembrados de coca significan una fracción si se compara con las naciones andinas.
“La expansión del cultivo de coca y su refinación permite reducir las cadenas de suministro, minimizar riesgos de incautación de cargamentos cuando van en tránsito y esto brinda ventajas para los narcotraficantes”, explica Alejandro Marañones, analista en seguridad de Colombia.
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Para el experto, Honduras se ha convertido en el más grande centro de operaciones del narcotráfico en la región de Centroamérica.
“El fenómeno experimentó con cultivos en zonas de difícil acceso, evidenciando que los narcotraficantes en el país, ya están en capacidad de producir el clorhidrato de cocaína”, cuenta Marañones a tunota.
Nuevo capítulo
Se abre un nuevo capítulo en la dinámica histórica de la economía liderada por los narcos.
La mutación de un país de paso a un productor, solo responde, dice el analista, a la corrupción y a la protección que han recibido las organizaciones transnacionales por parte de agentes estatales a todo nivel.
Si se compara Honduras con Colombia, Honduras no podría producir la misma cantidad de cocaína que se produce en Colombia, por sus extensiones geográficas.
“Colombia es mucho más gran de que Honduras y geográficamente ha sido mucho más difícil para las autoridades colombianas combatir el narcotráfico”, concluye.
Los grupos criminales colombianos, según Marañones, son aproximadamente cinco.
Tienen poder armado e incluso apoyo popular en varias regiones, lo que dificulta un combate frontal.
Hay similitudes entre los dos países, ambos están permeados por la corrupción y por autoridades que se lucran del negocio.
Perspectivas de la mutación
Los carteles mexicanos y colombianos están empezando a utilizar a países centroamericanos como epicentro de producción.
Primero, la corrupción y debilidad institucional facilitan un tráfico menos complejo y riesgoso hacia México y Estados Unidos.
En segundo lugar, los costos logísticos y la pérdida de mercancía se reducen.
La presencia de narcotraficantes colombianos en Honduras y otros países de Centroamérica se debe a que están como asesores en materia de creación de cultivos, elaboración de cocaína y exportación.
Por eso, Marañones advierte que en el corto plazo la violencia se incrustará en Honduras.
DATO
Las plantaciones de coca fueron encontradas en cinco departamentos: Colón, Yoro, Olancho, El Paraíso y Cortés.
PUNTO DE VISTA Daniel Rico, experto en
narcotráfico en Colombia:
Destrucción asoma con producción de coca en Honduras
El problema de las drogas es un tema de señales de alerta, de preocupación para los países centroamericanos para que esa movilización de este primer eslabón de la cadena a su territorio tenga consecuencias.
Se trata de la destrucción de parques naturales, de violencia, de pérdida de control territorial, uso de insumos, precursores, el gran impacto ambiental, pero también muestra que las estructuras criminales se vuelven cada vez más eficientes y buscan minimizar costos y maximizar sus utilidades.
El reciente hallazgo de una cantidad significativa de 60 manzanas de plantas de coca es una cantidad mínima comparada con Colombia.
Estaríamos hablando de mucho menos del 0.5% y sigue la producción altamente concentrada en Colombia, especialmente en las zonas fronterizas.
Este es un artículo de la versión impresa de tunota. Lea más noticias relacionadas.
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