El presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, aseguro este domingo que el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, "va a terminar sus días en la cárcel" confiando en que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) va ratificar la extradición del exmandatario, a quien Estados Unidos acusa de narcotráfico.

"Espero que este lunes (28 de marzo), con contundencia, este señor (Juan Orlando Hernández) pueda ser puesto en un lugar donde tenga que enfrentar la justicia y en el que se conocerán muchos hechos que lo vinculan a la corrupción y el narcotráfico", dijo Redondo a medios nacionales.

El congresista indicó, además, que espera que a través del auto acordado se realice el mismo proceso como se llevó a cabo con otros hondureños que fueron entregados a la justicia norteamericana.

"En Honduras no hay condiciones para que el que usurpó la Presidencia, impuesto con financiamiento de corrupción y narcotráfico, pague por sus actos crimínales, si el puso a los que controlan la justicia", escribió más temprano Luis Redondo en Twitter.

Por su parte, la congresista del Partido Salvador de Honduras (PSH), Maribel Espinoza, expresó que se espera que la CSJ cumpla con los tratados y ratifique la extradición del expresidente Hernández.

"Desde el Congreso Nacional esperamos que el pleno de la Corte Suprema de Justicia cumpla con los tratados y la Constitución, confirmando la extradición de quien provocó con sus actos: Muertes, miseria y exclusión de hondureños al poner a Instituciones del Estado al servicio del narcotráfico como así le imputan fiscales en Estados Unidos", escribió Espinoza.

Acusación contra el expresidente Hernández

Estados Unidos confirmó el pedido de extradición de Juan Orlando Hernández afirmando que el expresidente "participó en una conspiración violenta de narcotráfico, para recibir cargamentos de múltiples toneladas de cocaína enviadas a Honduras desde Colombia y Venezuela" con rumbo al país norteamericano

A Hernández se le supone responsable de conspirar para importar cocaína a los Estados Unidos desde un lugar fuera del país, que incluye la fabricación, posesión y distribución de la droga.

Además, el uso y portación de armas de fuego o ayudar e instigar a su uso, entre ellas: ametralladoras y dispositivos destructivos, en apoyo para el tráfico de los narcóticos, según la fiscalía del distrito sur de Nueva York.

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