Los datos señalan que el 77 % (44) correspondió a hombres, en tanto que el 23 % (13) a mujeres, indicó la ONG en un monitoreo de muertes violentas en niñez, adolescencia y juventud.

La cifra de niños y jóvenes fallecidos aumentó en cinco casos con relación al primer mes de 2022, cuando se registraron 52 víctimas mortales, añadió.

El 70 % (40) de las víctimas tenía entre 19 y 30 años, y el 30 % (17) era menor de 18 años, destacó la organización defensora de los derechos de la niñez y juventud.

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Los departamentos de Francisco Morazán, Cortés y Yoro, centro y norte de Honduras, respectivamente, son las tres regiones que en enero registraron los índices más altos de asesinatos de niños, adolescentes y jóvenes, reveló Coiproden.

En Francisco Morazán murieron un total de 14 niños y jóvenes, en Cortés, 10, y en Yoro, 8, según las estadísticas de la ONG.

Llamado al Gobierno

La Red Coiproden instó a la presidenta de la República, Xiomara Castro, a convocar el Consejo Nacional de Garantías de Derechos de Niñez y Adolescencia (Sigadenah).

Asimismo, precisó que en manos del Congreso Nacional está la ratificación del Tercer Protocolo Facultativo de la Convención de Derechos del Niño.

Denunció también la muerte de once niñas, niños y adolescentes en accidentes de tráfico, tres de ellos eran menores de 18 años.

Honduras, que es considerado uno de los países más violentos del mundo por las altas tasas de muertes violentas, sin vivir en guerra, registra a diario un promedio de entre diez y doce asesinatos.

Las muertes violentas en el país son atribuidas en mayor grado al crimen organizado y las pandillas conocidas como "maras". Estos grupos pelean territorios para el narcotráfico al menudeo y el cobro de extorsiones.

Un factor que contribuye a la violencia en Honduras es la alta impunidad, a lo que se suman la evolución de las bandas criminales, según autoridades y organismos de derechos humanos. 

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