El expresidente de Honduras, Porfirio Lobo Sosa, dijo el 21 de mayo de 2015, cuando confirmó en conferencia de prensa en Casa de Gobierno la captura en Haití por cargos de narcotráfico en Estados Unidos de su hijo, Fabio Lobo, que "si es responsable", pues "ahí no estoy yo". Y lo cumplió, lleva siete anos sin tener contacto con él.

Lo enviaron a juicio a Estados Unidos y tras ser condenado el 11 de septiembre de 2017 a 24 años por trafico de drogas por la juez Lorna Schofield, de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, Fabio y su padre, que gobernó de 2010 a 2014, no han vuelto a tener comunicación.

"Fue capturado, enfrentó un juicio y fue condenado, pero no tengo comunicación”, dijo a tunota.com el exmandatario.

Pepe Lobo deseaba que Fabio demostrara su inocencia, pero la sentencia dijo lo contrario: culpable. Y tal como lo anunció “en algo que no sea correcto, ahí no estoy yo”.

Y no ha estado, Pepe, aunque dolido por la situación de su hijo, cortó contacto. “Si era culpable debía responder por sus actos”.

La sentencia

Fabio Lobo fue detenido en una operación antidrogas realizada en Haití por las autoridades locales con apoyo de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA). 

La Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York lo acusó de conspirar para trasladar cocaína desde Honduras hasta territorio estadounidense.

Finalmente, Fabio de 50 años, se declaró culpable de asociación delictiva para traficar cocaína a Estados Unidos, por lo que fue condenado a 288 meses (24 años) de prisión- que purga en una cárcel de Sumterville, Florida, una multa de 50,000 dólares y una sentencia de decomiso de 266,667 dólares.

Lorna Schofield en cada sentencia siempre reflexiona sobre el actuar de los acusados antes de dictarse la pena a cumplir. Desde 2015, es la que conoce los procesos de los seis expolicías hondureños que se entregaron a las autoridades norteamericanas.

Schofield en esa audiencia de sentencia le preguntó a Lobo si tenía algo que decir antes de imponer la pena y Fabio, se puso de pie y por primera vez, tras casi dos años de estar en prisión, habló, pidió disculpas y también piedad.

“Quiero disculparme con el Gobierno de los Estados Unidos por mi error, con el pueblo de Honduras, con mi madre y en especial con mi padre que no tiene nada que ver con esto”.

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Lobo también aceptó que no fue un buen ejemplo para sus hijas, hermanos y hermanas. “Me arrepiento, señoría, por el error que cometí. Me declaré culpable, acepté la responsabilidad por haberme acercado y confiado en personas malas, peligrosas”.

En su intervención dijo que sus acciones lo afectaron, que Dios lo bendijo dándole muchas oportunidades, pero que no valoró lo que Dios le dio.

“Desde el fondo de mi corazón pido a Dios que le toque el corazón, que tenga piedad de mí por mi error. He aprendido una gran lección. He reflexionado y me arrepiento”.

Juez implacable

Lorna Schofield, una juez que está en el Distrito Sur de Nueva York desde el año 2012, antes de emitir su sentencia contra Fabio le dijo que su caso era muy diferente a lo que estaba acostumbrada a sentenciar en su Sala.

“Usted no está como los policías que han hecho acuerdos de culpabilidad por una cantidad mucho menor de tiempo en prisión. Usted era el hijo del presidente en funciones de Honduras y usó sus conexiones, su reputación en su red política para tratar de corromper”.

La actuación de Fabio en Honduras, señaló la Juez, involucró a funcionarios de bajo y alto nivel.

“Lo que distingue su caso de tantos otros es que facilitó un fuerte apoyo del Gobierno a una gran organización narcotraficante. Abusaste de quién eres y de los beneficios y ventajas que tenías”.

En la reflexión, Lorna Schofield, dijo no entender cómo alguien con oportunidades como el hijo de Pepe Lobo, no apreció lo que tenía: “Como hijo del ex presidente de Honduras, usted asistió a las mejores escuelas, fue bendecido. Obtuviste un título en derecho; trabajó como abogado”.

Al final, la juez dijo que el castigo impuesto es un mensaje para enviarlo a otras personas que, como Fabio Lobo, vean la gravedad de sus actos y que reciban un castigo justo.

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