Cada 28 de septiembre de cada año se festeja en Honduras la llegada de los pliegos de la Independencia, los que eran los documentos contentivos del Acta donde se firmó la libertad del país.
El Acta de Independencia y manifiestos enviados del Palacio Nacional de Guatemala iban dirigidos a todos los ayuntamientos de las provincias de Honduras.
Luego de la firma del Acta en la ciudad de Guatemala, la noticia de la emancipación del país se conoció hasta el 28 de septiembre, 14 días más tarde, debido a retrasos previamente.
Ese día en horas de la mañana, correos urgentes arribaron a matacaballo a las villas de Comayagua y Tegucigalpa, eran los pliegos sellados que traían los mensajeros, los cuales se abrieron una vez entregados en los ayuntamientos.
Llegada de los pliegos de la Independencia
La ciudad de Gracias fue la primera en recibir los pliegos que venían desde Guatemala, el 22 de septiembre, seguida Comayagua y Tegucigalpa el 28 del mismo mes. Santa Rosa y Omoa lo recibieron el 2 de octubre, Trujillo el 6, Juticalpa el 14, Danlí el 20 y Santa Bárbara el 23 de 1821.
Años más tarde, precisamente el 15 de marzo de 1863, España reconoció la Independencia de Honduras, misma que se celebraba el 28 de septiembre de cada año, hasta que se cambió para que se celebrara el 15 de septiembre de 1877.
Celebraciones de aquel día
Los documentos daban respaldo de las decisiones que se habían tomado el 15 de septiembre de 1821 en el Palacio de los Capitanes Generales de Guatemala.
El ayuntamiento de Tegucigalpa era controlado por Dionisio de Herrera y partidarios de la Independencia y tras la llegada de los pliegos se celebró con personas llenando las calles y las plazas de la ciudad.
Comayagua por su lado, era conservadora, por lo que sus festejos se hicieron de una manera más calmada.
Acta de Independencia
La Acta de Independencia de Honduras fue redactada por el célebre e intelectual político, José Cecilio del Valle, manifestando que para poder reclamarla era necesario escuchar el voto de las provincias.
Además, de la mano de Valle el acta se diseñó con un proceso de consulta electoral que permitiría a todas las demás provincias elegir a sus representantes, para que estos se reunieran en un magno Congreso Centroamericano.