En esa región del país, específicamente en Ilama, Santa Bárbara, el Instituto Hondureño de Investigaciones Médico Veterinarias (IHIMV) ha detectado varios focos de contagio de rabia paralítica bovina, que ha cobrado la vida de cerca de un centenar de vacas en las últimas semanas.

Ahora, buscan evitar que el contagio se traslade a seres humanos que "han manipulado a animales contagiados con la enfermedad", indicó el jefe de Zoonosis de la Región Departamental de Salud de Santa Bárbara, Juan Antonio Zúniga.

"Tanto la rabia bovina como canina son mortales y, por ello, se debe vacunar y atender clínicamente a las personas que han manipulado a los animales", advirtió el funcionario.

En conversación con tunota.com, Zúniga expresó que, aunque de momento no hay ningún caso positivo en seres humanos, sí buscan evitar que personas que han tenido contacto con animales contagiados o con sospecha de contagio, se enfermen.

"La Secretaría en este momento está evaluando a 10 personas y ya se pidieron las vacunas a Tegucigalpa", indicó y agregó que las personas que mayor riesgo corren son las que pudieron haber tenido contacto con la saliva de los animales infectados.

Añadió que "darán el tratamiento adecuado, previendo que se les pudiera desarrollar la enfermedad".

Desde la Secretaría de Salud aseguran que su interés es estar pendiente de las personas que podrían estar en riesgo.

"Tenemos el caso un hombre el dueño de la ganadería y los trabajadores que manipularon (a animales enfermos). De ahí viene el interrogar a cada sobre la manera en que se manipuló".

Así, agregó. "nosotros nos damos cuenta de si realmente esa persona tiene probabilidades de infectarse".

La rabia paralítica bovina, transmitida por murciélagos en el mayor de los casos, es una enfermedad derivada de un virus que ataca el sistema nervioso central de animales y humanos, y que, en el peor de los casos, produce una encefalomielitis aguda mortal.

En seres humanos los primeros síntomas, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, sigla en inglés), incluyen debilidad o malestar general, fiebre y dolor de cabeza.

Sin embargo, a medida que el padecimiento avanza, se puede experimentar defunción cerebral, ansiedad, confusión y agitación, y, posteriormente, en un periodo agudo de la enfermedad, se pueden presentar delirios, comportamiento anormal, alucinaciones, hidrofobia e insomnio.

El pasado martes, la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), a través del Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (Senasa), advirtió a la ciudadanía que bajo ningún concepto manipule a animales sospechosos de poseer la enfermedad.

En los animales, los síntomas de alarma que indicaron son: agresividad, postración, incoordinación al caminar, salivación abundante y señales de mordeduras de murciélago.

Consumo no está completamente prohibido

A pesar de lo anterior, la SAG aclaró que es recomendable el consumo de carne de res que provenga de vacas saludables y que, para determinar ello, han desplegado misiones de inspección principalmente en fincas de Ilama, Santa Bárbara, y otras zonas ganaderas aledañas.

Además, obligaron a los dueños de mercados y supermercados a verificar que la carne de res empacada para consumo humano que sea distribuida contenga los sellos de "inspeccionado y aprobado por Senasa".

VEA: Carne bovina de fincas sin presencia de rabia es apta para el consumo, confirma la SAG