La ex primera dama de Honduras, Rosa Elena de Lobo (2010-2014), fue trasladada este jueves hasta la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) en mara, Francisco Morazán, tras el fallo de un tribunal que la declaró culpable de los delitos de fraude y apropiación indebida.

Bonilla de Lobo estará recluida en esa prisión hasta que el Tribunal de Sentencia realice la individualización de la pena que se dará a conocer el próximo lunes 28 de marzo a las 8:00 de la mañana (hora hondureña).

Rosa Elena, junto a su secretario privado, Saúl Escobar, eran acusados de malversación de caudales públicos, asociación ilícita y lavado de activos en perjuicio de la Administración pública por el supuesto desvío de 12 millones de lempiras de fondos públicos del Despacho de la Primera Dama a cuentas personales; en un caso conocido como "Caja Chica de la Dama"

La ex primera dama se mantenía en arresto domiciliario desde julio de 2020 cuando la Corte Suprema de Justicia declaró con lugar dos recursos de amparo presentados por su defensa y ordenó la repetición de su juicio.

El 5 de septiembre del 2019, Rosa Elena fue sentenciada a 58 años de cárcel por los delitos de apropiación indebida de fondos públicos y fraude.

Mientras que Saúl Escobar recibió una pena de 48 años de prisión. Sin embargo, ambos quedaron en libertad, tras estar más de dos años presos.

La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia ordenó repetir el juicio oral y público "por quebrantamiento de forma del proceso penal", ya que se le "violentaron algunos derechos de defensa".

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Repetición del juicio

Este jueves se declaró culpable a Rosa Elena de Lobo por fraude y apropiación indebida durante su gestión como primera dama.

La investigación realizada por el Ministerio Público -en conjunto con la extinta Misión de Apoyo contra la Impunidad y la Corrupción de Honduras (Maccih)- señaló que Rosa Elena se apropió de unos 500 mil dólares de donaciones internacionales.

Dichos fondos públicos estaban destinados para programas sociales como el proyecto "Calzando a los niños de Honduras" que consistía en dotar de zapatos escolares a niños de bajos recursos.

La ex primera dama desvió los fondos a sus cuentas personales cinco días antes que su esposo, el expresidente Porfirio Lobo Sosa, terminara su mandato; dinero utilizado para pagar servicios médicos, joyas y hasta tasas escolares de sus hijos.

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