La presión inflacionaria es fuerte. En buena parte, este comportamiento (inflación) se ha mantenido así en los últimos meses como consecuencia de factores externos que provocan mayores precios de los combustibles, energía y alimentos importados.

Ésta es una de las conclusiones de un informe del Banco Central en el que se destaca que los efectos del conflicto armado entre Rusia y Ucrania se reflejan en un dato: alrededor del 40 por ciento de la inflación de Honduras al mes de abril es "importada".

Hasta el cuarto mes del año, la inflación interanual era de 8.35 por ciento y la acumulada se ubicó en 4.26 por ciento. Los economistas calculan que la inflación cerrará con un índice entre siete y ocho por ciento.

Es una variable alta que pone de manifiesto que ocho de cada diez hondureños están en aprietos, porque no tienen ingresos o los que reciben son insuficientes para la adquisición de bienes de consumo elementales o para la contratación de servicios.

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El índice inflacionario de Honduras es uno de los más altos del área centroamericana, lo que significa que en el país los bienes de consumo y los servicios son más caros; a la gente le cuesta cada vez más cubrir sus necesidades.

La tasa de variación anual del Índice de Precios al Consumidor en Guatemala ha rondado 4,2 por ciento en marzo y abril; esto es, 1,2 puntos superior a la de meses anteriores.  

Y la variación mensual ha sido del 1,5 por ciento, de forma que la inflación acumulada en 2022 es del 1,9 por ciento en el vecino país de Guatemala.

En lo que respecta a El Salvador, el Índice de Precios al Consumo ha sido del 0,8 por ciento; es decir, la inflación acumulada en 2022 llega a  2,2 por ciento.

Mientras tanto, los reportes de las instituciones responsables de la política económica en Nicaragua registran una tasa de variación anual del 8,7 por ciento y un índice mensual del 1,2 por ciento. La inflación acumulada en aquel país es del 2,8 por ciento.

Y en Costa Rica la inflación en el período abril 2021-abril 2022 es de 5,79 por ciento, tal como lo señala el boletín publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos.

En Honduras, los consumidores organizados y los economistas sostienen que la inflación es el impuesto más grosero cargado a la población.

La pobreza es una condición que afecta a siete u ocho de cada diez personas, lo que impide que una gran parte de la población pueda cubrir el coste de los alimentos y de los servicios.

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