Un migrante hondureño contó a Telemundo los aterradores momentos que vivió cuando fue secuestrado por Los Zetas, una estructura criminal en México, en su camino rumbo a Estados Unidos en septiembre de 2019.

El hombre identificado únicamente como César, por temor a represalias de los carteles, es originario de El Progreso, Yoro, departamento de Honduras.

Él contó que estuvo secuestrado durante tres semanas por Los Zetas junto a otros 20 migrantes, según su relató a la cadena estadounidense.

LEA TAMBIÉN: 'Vamos a comenzar a cortar deditos', hondureño narra cómo secuestradores amenazan y envían vídeos a sus familiares

"Yo pensé día tras día, instante tras instante desde que llegué a lugar, que los Zetas me iban a matar porque no tienen corazón ni alma", resaltó.

Al mismo tiempo recordó que el tono de los delincuentes siempre fue amenazador y hasta lo amenazaron con golpearlo en diferentes ocasiones.

"Si tu hermano te quiere ver vivo, tiene que pagar… para refrescarle la memoria dale una calentadita y me apartan a un lado y me dan una entablillada", fueron algunas de las palabras que los delincuentes referían a su víctima.

Interrogaban a los niños

César recordó que los criminales, de acento mexicano, encerraban a los niños para interrogarlos y amenazarlos. Con ellos querían confirman la información sobre qué familiar los esperaba en Estados Unidos y así corroborar que los padres no les mentían.

"Las mujeres llorando les gritaban a los hombres armados que por qué se llevaban a sus hijos. Si quieres saber algo pregúntame a mí, les gritaban. Luego el niño venía llorando y dentro de su inocencia y el miedo, les decía a los delincuentes todo lo que querían saber", detalló César.

Cuando los criminales descubrían que la información era falsa, los golpeaban brutalmente, a las mujeres las abusaban sexualmente y a todos los amenazaban con cortarles los dedos si no decían la verdad.

El migrante hondureño recordó que logró huir de sus secuestradores tras correr sin parar durante 20 minutos, hasta que la patrulla fronteriza lo capturó y deportó a Honduras.

En la actualidad el hondureño trabaja en un establo cuidando vacas y terneros, sin embargo, no tiene sueldo y apenas recibe leche como pago.

VEA: Dos motociclistas hondureños mueren tras colisionar de frente; un carro les pasó por encima en carretera a Guaimaca