Los eclipses solares y lunares, eventos cósmicos de una belleza inigualable, han dejado una huella indeleble en la imaginación colectiva, siendo a menudo relacionados con augurios sombríos.

Año tras año, diversas culturas han interpretado estos fenómenos astronómicos como presagios de desgracias inminentes.

Estos son los cuatro acontecimientos históricos que han contribuido a reforzar esta creencia arraigada en la mente humana.

Crucifixión de Jesucristo

Según relatos bíblicos, tras la crucifixión de Jesucristo, una oscuridad profunda y un terremoto sacudieron Jerusalén, simbolizando el dolor divino por la muerte del mesías.

Historiadores y estudiosos han relacionado estos sucesos con un eclipse lunar y otras perturbaciones atmosféricas ocurridas en el año 29 d.C., lo que alimenta la percepción de los eclipses como presagios funestos.

Nacimiento de Mahoma y muerte de su hijo

El nacimiento de Mahoma, fundador del Islam, coincide según algunos relatos con un eclipse solar, considerado por sus seguidores como una señal divina de la importancia de su ministerio.

De manera similar, la muerte de su hijo Ibrahim también estuvo marcada por un eclipse, lo que Mahoma interpretó como un recordatorio de que la divinidad trasciende incluso las sombras celestiales.

Muerte de Carlomagno

La figura legendaria de Carlomagno, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, vio su ocaso eclipsado literalmente por eventos astronómicos.

Relatos históricos sugieren que antes de su muerte, diversos eclipses solares y lunares precedieron a su caída, acompañados de desastres naturales como incendios y tormentas eléctricas, consolidando la idea de la conexión entre los eclipses y las desgracias.

Peste negra

En el siglo XIV, Europa fue azotada por la devastadora Peste Negra, una epidemia que cobró la vida de millones de personas. Precediendo a este desastre, el religioso y científico Geoffrey de Meaux predijo un eclipse solar de larga duración en 1345, asociando este evento astronómico con la inminente tragedia.

Dos años después, la Peste Negra se desató, reforzando la creencia en la relación entre los eclipses y las catástrofes.

A pesar de los avances científicos que han desmitificado estas interpretaciones ancestrales, los eclipses continúan ejerciendo un poderoso influjo en la psique humana, recordándonos la fragilidad de nuestra existencia y la perenne fascinación por lo desconocido en el vasto cosmos.

El próximo eclipse registrara este 8 de abril y será visible desde México hasta Canadá.

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