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Entre los diversos escenarios del fin del mundo se planteó que la Tierra sería destruida por un asteroide del tamaño necesario para causar un daño masivo a la atmósfera, consecuentemente acabaría con la vida vegetal y extinción de vida animal.
Lo anterior provocaría una ola de desastres que destrozaría edificios, instalaciones y casi todo lo existente, según la información recabada por El Pulzo.
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Otra posible circunstancia habla de una guerra nuclear, donde un evento con este tipo de armas puede destruir todo a su paso.
El daño ambiental por la radiación, cambios drásticos en la temperatura atmosférica y una modificación en las capas atmosféricas que impediría la llegada de la luz del sol.
Otro escenario habla de una erupción volcánica, uno de los eventos más destructivos, que liberaría grandes cantidades de gases y materiales volcánicos que viajarían con inmensa presión por kilómetros.
En este caso, el dióxido de azufre en el aire, combinado con lluvia, formaría un ácido tóxico que causaría daños a la vegetación; mientras la superficie terrestre la cubriría ceniza, que al absorber rayos del Sol causaría un impacto en el clima.
Lo anterior provocaría contaminación, la condensación y la pérdida de cosecha. Además, hambre, la desnutrición, la deshidratación y enfermedades que se propagarían rápidamente.
