Después de haber sido declarado como "biológicamente muerto" en 1957, el río Támesis, ubicado al sur de Londres, Inglaterra, vuelve a mostrar vida marina, producto de políticas ambientales gestionadas por el Parlamento Británico.

Actualmente se encuentran tres tipos de tiburones: el cazón, la caella y la mielga, un pequeño tiburón de unos 60 centímetros, que está cubierto de espinas venenosas, informa la cadena internacional de noticias CNN en Español.

La mielga -especie de tiburón- se encuentra en aguas profundas, y las espinas situadas delante de las dos aletas dorsales del animal segregan un veneno que puede provocar dolor e hinchazón en los humanos.

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Las autoridades británicas empezaron a invertir en mejores plantas de tratamiento de aguas residuales y a monitorear más de cerca los indicadores ambientales para ir cambiando la tendencia.

Según un informe de la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL), el río se convirtió en un ecosistema próspero "que alberga vida silvestre tan diversa como el propio Londres".

En los 346 kilómetros del río se pueden encontrar 115 especies diferentes de peces; entre ellas hay caballitos de mar e incluso focas. 

Nuevas amenazas al río Támesis

Si bien el río Támesis no está más en peligro de "perder toda su vida"; el cambio climático amenaza constantemente el ecosistema, del cual los animales son dependientes. 

De hecho, el afluente tiene una de las concentraciones de microplásticos más altas en el mundo; por encima de otras importantes vías fluviales urbanas, como el río Chicago o el interminable Danubio en Europa.

Los diminutos fragmentos de plástico, desprendidos de pedazos más grandes de basura, pueden ser ingeridos por animales. Los ríos son la vía de ingreso más común de los desechos plásticos a los océanos del mundo, una doble amenaza para la vida silvestre.