El sacerdote nicaragüense, Manuel García, fue condenado a dos años de cárcel por amenazar con arma a cinco personas, convirtiéndose en el primer religioso del país procesado penalmente.

El juez Jaime Aguilar determinó que el párroco amenazó con un arma a cinco personas el pasado 30 de mayo en la iglesia Jesús de Nazareno en Nandaime, una ciudad ubicada a unos 70 kilómetros al sur de Managua, capital del país centroamericano.

En esa ocasión se dio un incidente que fue grabado por lugareños que se apostaron fuera del templo.

El sacerdote visiblemente irritado con un machete le gritó a las personas que se abstuvieran de ingresar a la iglesia para mediar en un aparente conflicto que sostenía con una mujer que estaba en el lugar.

De hecho, por esa razón la justicia nicaragüense también mantiene otra causa abierta contra el sacerdote por el presunto delito de violencia contra la mujer identificada como Martha Candelaria Rivas.

Rivas también ha sido detenida, según informó el diario La Prensa, por el delito de "falso testimonio" en perjuicio de la administración de justicia del Estado después de haber cambiado la versión de los incidentes.

La mujer inicialmente compareció en una entrevista en medios oficiales indicando la supuesta agresión del sacerdote. No obstante, la mujer negó los hechos durante la audiencia preliminar y dijo que el incidente fue "accidental".

García fue detenido en medio de una escalada de persecución que emprendió el gobierno del presidente Daniel Ortega en contra de religiosos.

El hecho antecedió el cerco que se había impuesto a dos sacerdotes más; uno de ellos anunció un ayuno para demandar el fin del acoso policía del cual era víctima.

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