México sufre actualmente una ola desencadenada de violencia que también cobró la vida de los sacerdotes jesuitas, Javier Campos y Joaquín Mora en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, en el noreste del país.
Tras el doble asesinato, el cardenal de Guadalajara, José Francisco Robles, aseguró que el crimen organizado no esté exento para los religiosos y confesó que para poder realizar las celebraciones de las fiestas patronales en Jalisco, es necesario obtener la autorización del "jefe de plaza" y entregar parte del dinero recaudado por bandas.
"Todas esas parroquias que están en esa zona para poder celebrar la fiesta patronal tienen que obtener el permiso del encargado de la plaza. El encargado de la plaza le autoriza al sacerdote celebrar la fiesta patronal, pero tiene que reportarse con el 50 por ciento del resultado de la fiesta", reveló Robles a las autoridades mexicanas.