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La Virgen de Fátima es una advocación mariana que se venera en la localidad portuguesa de Fátima. Su historia se remonta al año 1917, cuando tres niños pastores llamados Lucía, Francisco y Jacinta afirmaron haber tenido visiones de la Virgen María en la Cova da Iria, cerca de Fátima.
Según los relatos de los niños, la Virgen se les apareció en varias ocasiones entre mayo y octubre de 1917, pidiéndoles que rezaran el rosario todos los días y que hicieran sacrificios por la conversión de los pecadores y la paz en el mundo.
Además, les reveló tres secretos, que fueron posteriormente revelados por Lucía.
El mensaje de la Virgen de Fátima pronto se extendió por todo Portugal y luego por todo el mundo, convirtiéndose en uno de los acontecimientos religiosos más importantes del siglo XX.
En 1930, la Iglesia Católica reconoció oficialmente las apariciones de la Virgen de Fátima como auténticas y permitió la construcción de una capilla en el lugar de las apariciones.
La devoción a la Virgen de Fátima continuó creciendo a lo largo del siglo XX, especialmente después de que el Papa Juan Pablo II visitara Fátima en 1982 y atribuyera su supervivencia a un intento de asesinato a la intervención de la Virgen. En 2000, el Papa beatificó a Jacinta y Francisco, dos de los niños que afirmaron haber visto a la Virgen.
Hoy en día, la Virgen de Fátima sigue siendo una figura muy venerada en todo el mundo, especialmente en Portugal y en los países de América Latina con fuertes tradiciones católicas. Cada año, millones de peregrinos visitan Fátima para venerar a la Virgen y pedir su intercesión en sus vidas.
La historia de la Virgen de Fátima es un ejemplo de cómo una serie de apariciones marianas pueden tener un gran impacto en la vida religiosa y espiritual de millones de personas.
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Oración a la Virgen de Fátima
Oh Virgen Santísima, que te apareciste varias veces a los niños; yo también quisiera verte, oír tu voz
Y decir: Madre mía, llévame al Cielo.
Confiando en tu amor, te pido me alcances de tu Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirme contigo en el Paraíso Celestial.
Te pido como favor especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos; y un día conseguir la vida eterna.
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