¿Estás en la zona de confort? Es hora de que salgas de ahí. Los expertos la definen como un estado psicológico en el cual las cosas se sienten demasiado familiares y cómodas y creemos tener absoluto control con niveles de estrés y de ansiedad muy bajos.

Se asume que, si salís de la zona de confort, tu ansiedad y estrés aumentarán. Entonces, ¿Por qué salirme?

Los autores Ryan y Markova desarrollaron una teoría de tres diferentes zonas: confort, aprendizaje y de pánico o estrés. En la de confort todo se mantiene igual, no hay ni crecimiento ni riesgo.

En la de aprendizaje inicia el crecimiento y ampliamos posibilidades. Cuando dominamos esta zona, reforzamos fortalezas, habilidades y capacidades.

En la zona de estrés estamos menos cómodos, sentimos que puede ser demasiado y el aprendizaje será imposible, hay miedo y usamos mucha energía en controlarlo.

Ojo que si nos quedamos mucho tiempo en esta zona regresaremos al confort. Esta zona de estrés tiene que ser un pisa y corre. Ver el miedo y el reto, agarrarlos de frente y salir adelante.

El miedo es normal, el truco no está en no tenerlo, está en enfrentarlo con coraje. Así salimos de la zona de pánico. No crecemos si nos mantenemos en el mismo lugar, estáticos; hay que moverse.

No quiere decir que pasaremos de relación en relación amistosa o amorosa y de trabajo en trabajo. No seremos el insatisfecho permanente.

Al contrario, iremos a una zona de mejora. Lograremos madurez e inteligencia
emocional tanto a nivel personal como profesional y con ello relaciones sanas, de confianza y seguridad.

Pero salir de esta zona de confort conlleva pasar por la incómoda zona de pánico. Es necesario y temporal para crecer y seguir hacia la siguiente zona: la de aprendizaje.

Esta zona es maravillosa, aprendemos a lidiar con los retos y situaciones adversas,
adquirimos nuevos conocimientos y extendemos la zona de confort. Luego pasamos a una zona de crecimiento permanente donde hay nuevos retos, metas y sueños y encontramos propósito.

Tendremos un plan de vida que nunca será estático, veremos los resultados de todo esfuerzo y trabajo y a nivel personal seremos nuestra mejor versión.

Veremos atrás y notaremos que salimos de esa peligrosa zona de confort dónde estábamos dormidos, sin acción ni motivación, aburridos, aferrándonos a lo seguro y dejando ir lo mejor.

En el confort nos aferramos a lo que se disfraza de seguro e ideal y no vemos lo maravilloso. El miedo que creemos no tener nos ciega y hay una falsa sensación de seguridad y de control cuando realmente lo que hacemos es dejar de crecer.

La vida es una y vale la pena disfrutar todo lo maravilloso que ofrece, pero esto es solo para los que luchan por ello.

Ánimo a salir de esa zona de confort, a pasar por todas las zonas con coraje hasta llegar a la de crecimiento y mantenernos siempre hacia adelante.

Mucha resiliencia, paciencia, fortaleza, coraje y amor propio, todo esto está dentro tuyo. Encontrálo y ponélo a trabajar a tu favor.