Ningún funcionario del Estado, sin excepción, remarcaban  aquel día, ganaría más que los 137 mil 600 lempiras que mensualmente devenga el titular del Poder Ejecutivo, y que si había necesidad de modificar la legislación vigente para dar luz verde a la decisión tomada, se haría sin pensarlo dos veces.

Fijar un techo salarial a los burócratas más encumbrados en el engranaje gubernamental, era además de una promesa de campaña, decía el secretario privado de la presidenta, un compromiso de Castro Sarmiento con la austeridad, la responsabilidad y la realidad del país.

Había llegado el momento de socarse la faja  a través de medidas concretas y rigurosas orientadas a eficientar el gasto corriente y contener el derroche de recursos,  alardeaba de su lado la secretaria de finanzas.

¿Y que sucedió exactamente un año después?    

Que los dos directores que tiene el Banco Central de Honduras (BCH) pasaron a ganar 301 mil 25 lempiras mensuales con el aumento de 27 mil 465 lempiras,  mientras los tres subgerentes en la siguiente escala administrativa del banco, pasaron a devengar la bicoca de 291 mil 21 lempiras mensuales. 

Los tres jefes de departamentos se embolsan ahora, con la reciente revisión salarial, 221 mil lempiras, mientras el “roster” de asesores no quisieron  tampoco quedarse atrás, nivelandoles sus salarios en 275 mil lempiras mensuales. 

Vea también ¿Extorsión en la UNAH? Autoridades aclaran detención de sospechoso en 'la U'

La piñata salarial, que decían, terminaba con el anuncio que la presidenta Castro hacía aquel 23 de febrero del año 2022.

Nadie estaría por encima del salario de la mandataria hondureña, que con las deducciones se reduce a los 95 mil 750 lempiras con 50 centavos mensuales.

 ¿y los 264 mil 850 lempiras que se embolsa el comisionado presidente de la comisión nacional de bancos y seguros, que es mucho más que el doble de lo que gana la presidente de honduras?.

¿y qué de los 174 mil 218 lempiras que se embolsa mensualmente como salario el comisionado presidente de la comisión para la defensa y la promoción de la competencia?. 

 Una promesa de austeridad y responsabilidad que se la llevó el viento, mientras cerrabamos el año 2022 con una apremiante deuda pública que sobrepasó con creces el 60 por ciento del producto interno bruto del país, al tiempo que la secretaría de finanzas se la miraba  “a palitos” para pagar los salarios a los 200 mil burócratas que laboran en el aparato estatal.

Es claro que el país no puede seguir así, con un gasto corriente destinado a sostener una abultada masa salarial, y dentro de ésta, el denominado club de los 40, que anualmente absorbe seis de cada diez lempiras del presupuesto general de ingresos y egresos.        

 No se puede seguir sosteniendo en pie esta especie de burbuja. ¿qué es lo que entonces se destina a los pobres?. Apenas 30 centavos de cada lempira recaudado por la vía impositiva.                                                                                                                                                              

Se trata, señores del gobierno, de hacer valer el compromiso que prometieron asumir con la austeridad y la responsabilidad, pero sobre todo, ser sensibles con el bien común y con el país.

Siga leyendo CSJ está a favor de reglamentar las extradiciones