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Cada año, el 25 de enero se conmemora en Honduras el Día de la Mujer, en reconocimiento a la conquista política de las mujeres de ejercer el derecho al sufragio en 1955.
Iniciaba así un largo camino orientado a la reivindicación de las mujeres y sus derechos políticos, seguirían después los otros derechos, pero nunca, como ahora, el derecho a la vida nos está costando tanto.
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El 2023 inicia con una ola de femicidios que desalienta cualquier conmemoración por justa y noble que sea.
Cada día, una mujer está siendo asesinada en este país sin que existan respuestas contundentes, ya van más de una docena de mujeres muertas en este mes de enero, y las hipótesis siguen sin convencer, mientras los relatos oficiales se estrellan con la realidad.
En el mes en que se cumple el primer año de asunción al poder de una mujer, por primera vez en la historia política de Honduras, en la figura de la presidenta Xiomara Castro, la violencia parece retarla y golpearla en uno de sus ejes de campaña que generó uno de los mayores entusiasmos: la agenda de género y la reivindicación de derechos de las mujeres.
Fue quizá la muerte violenta de tres jóvenes garífunas, en la región de Travesía, en Cortés, el hecho que sacudió e hizo reaccionar a la presidenta Castro en sus redes sociales, condenando la acción y anunciando incluso las primeras respuestas. Respuestas que se tradujeron en capturas, pero éstas terminaron siendo falsas. La autoridad no tenía ni tiene nada, la orden presidencial sigue en espera.
Como en espera se encuentra la investigación en el caso de Angie Peña, de la joven Belkis Molina, y muchos otros casos que evidencian retrocesos en cuanto a la lucha por la reivindicación de los derechos femeninos.
Tener a una mujer en la presidencia de la república es sin duda una enorme conquista en materia de derechos políticos, pero tras ello, los retos a la presidenta Castro son descomunales, destacando la agenda que prometió a las mujeres, la cual no está tan visibilizada; falta más que un discurso.
Las violencias contra las mujeres, en el último año, no solo se relacionan con el derecho a la vida, también con la salud y la falta de medicamentos, el empleo, la educación; además de la violencia de género en línea, como una nueva modalidad que despunta en las redes sociales y tiene como foco central impedir que la mujer ejerza su derecho a expresarse, denigrar su imagen, intimidarla y amenazarla hasta lograr que salga de los espacios de debate público.
La violencia de género en línea es otra forma de expresión y agresión a la mujer que contiene mensajes de odio, machistas, misóginos y muchos de ellos provienen de troles que se manejan desde cuentas ligadas a los gobiernos, como principales generadores de desinformación en la era de la posverdad. Persiste también la violencia doméstica e intrafamiliar, escenarios que eclipsan el Día de la Mujer.
