Un nuevo año comienza y consigo muchas esperanzas y desafíos de los cuales no están exentas las mujeres, que para este 2023 tienen muchos pendientes en su agenda que pasan por acceso al empleo, a la salud, a la educación, a una alimentación digna, a la tierra, al respeto por la vida y el acceso a la justicia, por citar algunas prioridades.
En materia de justicia, Honduras está por elegir en el primer mes del año, una nueva Corte Suprema de Justicia, cuya escogencia decidirá, en parte, el rumbo del país en la lucha contra la corrupción y la impunidad que golpea también fuertemente a las mujeres.
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La historia del país estará en juego en esa elección y con ello la historia de las mujeres.
El acceso a la justicia no ha sido algo que ha prevalecido para la mayoría de los hondureños, menos para las mujeres que siguen siendo golpeadas por la violencia, los femicidios, la inseguridad y la impunidad.
Departamentos como Francisco Morazán, Colón, Cortés, Atlántida y Olancho siguen registrando altas tasas de muertes violentas y femicidios en total impunidad desde hace más de una década.
El acceso a la justicia no ha sido un derecho para las mujeres ni para quienes luchan por reivindicar sus garantías constitucionales y humanitarias.
La agenda de prioridades del 2023 se relaciona para las mujeres con un cambio profundo en la justicia, potenciando aquellos esfuerzos que se hicieron y avanzando en los restantes, entre ellos las reformas al código penal, la ley integral contra todo tipo de violencia de género, las reformas en materia de salud reproductiva para reducir la mortalidad materna y los embarazos prematuros en adolescentes, y la ley de las casas refugios.
Son prioridades inherentes a la vida de las mujeres y a su seguridad, necesitando para ello voluntad política real de quienes ostentan el poder dentro de la institucionalidad del Estado.
La elección de la nueva Corte Suprema de Justicia, se espera que esté conformada por mujeres, quienes más allá de una cuota de género, deben responder a capacidades y compromisos para que la justicia deje de picar a la gente de pies descalzos.
Mujeres que sepan responder a las demandas ciudadanas de adecentar la justicia y no a los intereses de los caudillos y patronos partidarios, menos a los sesgos ideológicos o religiosos, porque la justicia debe ser pareja para todos. Es algo a lo que aspiran las mujeres y también el país.
La salud y el acceso a las medicinas es otro de los pendientes. La tendencia de farmacias vacías en los hospitales públicos no puede ser tolerada, no puede permitirse más indolencia ni cobijándose en discursos pasados.
Si bien el pasado debe ser conocido para no repetir los errores, éste no debe ser excusa para no avanzar y dar a los hondureños y hondureñas acceso a una salud digna. Muchas muertes nos han dejado este sistema de precariedad para seguir profundizándolo en el año que comenzamos. Eso esperamos.
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