Mi tema obligado es la mujer. ¡Y cómo no!, si el pasado martes 25 se conmemoró el Día de la Mujer hondureña y el jueves 27 de enero de 2022, por primera vez en nuestra historia, una mujer fue investida como presidente de la república, siendo juramentada por una juez, mientras su nieta, una hermosa adolescente, sostenía la Constitución.

Todo ello tenía entre sus testigos a la primera vicepresidente en la historia de los Estados Unidos, a otras importantes mujeres de la política continental y, por qué no decirlo, a millones de mujeres emocionadas y conmovidas, más allá de su ideología o preferencia política.

Cómo no reconocer, entonces, que la historia y la sociedad tienen una deuda con las mujeres del mundo, y que esa deuda parece más grande en los países latinoamericanos, donde todavía se tiene la equivocada idea de que somos “inferiores y débiles”.

Pero, ya se ha visto, no somos inferiores ni débiles: somos diferentes, pero también somos iguales. Sobre esa diferencia y esa igualdad, justamente, quiero escribirte hoy.

Xiomara Castro
Xiomara Castro se convirtió el jueves 27 de enero en la primera mujer en asumir la Presidencia de Honduras

Las mujeres somos diferentes a los hombres

Físicamente: Desde las estructuras biológicas más pequeñas y tempranas como los cromosomas, hasta las más evidentes como las características sexuales de nuestro cuerpo adulto, somos hermosamente distintos.

En la capacidad de gestar en nuestro cuerpo una nueva vida: Todo lo que implica la capacidad de gestar en nuestro cuerpo una nueva vida, es inmenso. Luego de ello está la capacidad de amamantar, el apego profundo y maravilloso que llamamos instinto materno, y la más aguerrida y dulce de las fuerzas del amor: el amor de madre.

En la polifuncionalidad a la que hemos sido obligadas por la cultura y la sociedad, lo que he encontrado muy bien expresado en una campaña cuyo mensaje dice: “tenía que ser mujer; se le exige trabajar como si no tuviera una casa que cuidar y se le exige cuidar la casa como si no tuviera un trabajo con el cual cumplir”.

Debo agregar que también se pretende que seamos madres activas en la escuela de los hijos, voluntarias en la iglesia, además de los mil estereotipos de belleza y carácter que se nos demanda. 

A esto se suma que también se pretende que seamos madres activas en la escuela de los hijos y voluntarias en la iglesia; fuera de los mil estereotipos de belleza y carácter que se nos demanda.

En el salario que nos pagan: Está más que comprobado que las mujeres reciben salarios más bajos. Diversos estudios lo demuestran. La hay desde quienes no reciben ninguna compensación financiera, porque lo que hacen en casa “no es trabajo”, hasta quienes ocupan las más altas posiciones en las estructuras corporativas, pero ganan un tanto por ciento menos que sus pares hombres.

En el riesgo de ser maltratadas, abusadas y hasta asesinadas: El solo hecho de ser mujeres y vivir en una sociedad machista, ya es un riesgo. Según el Análisis de la violencia contra las mujeres en Honduras (PNUD, 2020), 88 de cada 100 víctimas de delitos sexuales son mujeres. El mismo documento reporta que entre 2010 y 2020, 6 de cada 10 muertes violentas de mujeres fueron tipificadas como femicidios.

Y qué decir sobre el nivel de abuso y acoso que se sufre en los ámbitos familiares y laborales, soportando descalificaciones, bromas ofensivas, insinuaciones deshonestas, etc.

Mujer hondurena
Imagen de una mujer hondureña con vestido tradicional de danza. Foto: Marca País

Pero las mujeres también somos iguales a los hombres

En la fuerza y perseverancia con que podemos perseguir nuestros sueños: Muchas mujeres vencieron grandes retos y cambiaron sus sociedades. Teresa de Calcuta lo hizo cuidando de enfermos y pobres, Frida Kahlo en las artes, Rosa Parks en los derechos civiles o Amelia Earhart en la aviación.

En Honduras, doña Rosario Sagastume de Ferrari, quien fue pionera de las comunicaciones; Mary Flake de Flores, quien ha dejado un gran legado con su trabajo en la Fundación del Niño con Cáncer, el Hospital María de Especialidades Pediátricas, los Juegos Olímpicos Especiales y el hospital San Felipe, a través del Comité Pro- Ayuda del hospital; y Sor María Rosa Leggol quien, a través de su vocación religiosa y social, logró impactar la vida de más de 87,000 niños en riesgo. Eso, solo por mencionar algunas.

En la capacidad de liderar equipos, empresas y naciones: La sola mención de algunos nombres evoca trayectorias y éxitos indiscutibles. Aquí algunos de nuestro país y el mundo que seguro identificarás: Estée Lauder, Oprah Winfrey, Carolina Herrera, Indira Gandhi, Aline Flores, Julieta Castellanos, la reina Isabel II, Margaret Thatcher, Angela Merkel, Doris Gutiérrez, Annamaria Villeda, Rosalpina Rodríguez o Xiomara Castro, cuyo éxito electoral la pone ante el reto y la responsabilidad de sumarse a la lista de mujeres que han sabido gobernar un país con justicia y desarrollo. Todas han sido líderes excepcionales en los campos políticos, empresariales y educativos.

En la inteligencia que puede ser diversa y genial: la historia de las ciencias se ha escrito con trazos femeninos. Desde la anónima mujer que marcó el inicio de la agricultura y el sedentarismo, hasta la filósofa Hipatia de Alejandría. Desde Marie Curie —la primera persona en ganar el premio Nobel en dos disciplinas diferentes— hasta Rosalind Franklin, quien destacó en la genética.

Asimismo, Margaret Burbidge en la astronomía, quien hasta 1967 tuvo que utilizar el nombre de su marido para poder desarrollar la mayor parte de su trabajo, ya que las mujeres no tenían tiempo de telescopio en el Observatorio de Monte Palomar. En Honduras, María Elena Bottazzi, creadora de vacunas contra el COVID-19

Rosario Sagastume
Rosario Sagastume de Ferrari es pionera de las comunicaciones en Honduras. Es precursora de Televicentro y Emisoras Unidas

En la diversidad de virtudes y debilidades: Las mujeres, igual que el hombre, tenemos virtudes y defectos; podemos ser honestas, pero también corruptibles, capaces de hacer obras maravillosas o cometer terribles desaciertos. Una mujer puede, igual que un hombre, ser una buena o una mala persona.

En el respeto que merecemos y el valor que tenemos como seres humanos: Aunque a lo largo de la historia las sociedades han tardado en reconocerlo, somos personas valiosas, dignas, importantes, somos tan iguales, que en su gracia Dios nos ama igual y pagó el mismo precio de muerte en la cruz por nuestra salvación.

Pienso que muchas de las igualdades y las diferencias, son una verdad que no podemos cambiar y están muy por encima de las ideologías y radicalismos. Lo correcto es que lo reconozcamos y luchemos por que las nuevas generaciones y la sociedad lo acepten y lo respeten.

Con la misma fuerza debemos rechazar esas diferencias o igualdades que son el resultado de ideas retrogradas y/o vanguardistas que niegan nuestra esencia y derechos como seres humanos, imponiéndonos comportamientos y estereotipos que anulan nuestra valía e identidad.

Honduras: que tus mujeres seamos benditas, que tus niñas sueñen libres y tengan las oportunidades y espacios para alcanzar sus sueños, que todas estemos seguras en esta tierra, sin que nada ni nadie nos amenace o limite, que tus mujeres tengamos vidas maravillosas y podamos sonreír con autentica felicidad, que alcancemos la realización plena, como sea que la concibamos, y ya que en este mundo es inevitable pasar por el dolor, que al sufrir y llorar, tengamos una mano amiga que nos consuele y nos ayude con amor.