Durante el año 2022 la inflación fue protagonista en los análisis de economistas, así como en la vida cotidiana de las personas. Este indicador llegó a cifras que no se observaban en más de una década,  tanto en los países de la región de Centroamérica como en el resto del mundo.

No obstante, al cierre de ese año la inflación mostraba signos de desaceleración, que continuaron durante enero de 2023, aunque a un ritmo más lento, esto debido principalmente al comportamiento de los precios de los alimentos.

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El rubro de los alimentos, dentro de la medición de la inflación, ha mostrado un incremento de precio significativo al inicio del presente año.  Para todos los países de Centroamérica los precios de los bienes que incluye este rubro aumentaron en conjunto por encima del 12 % interanual.

Teniendo como extremo superior a Costa Rica, en donde crecieron un 18.5 % e inferior a El Salvador con un 12.2 %, mientras que el resto de los países se situaron en medio de estas dos cifras.

¿Por qué los alimentos están tan caros? Los factores que han determinado esta situación son varios, pero entre los principales y más generalizados podemos mencionar:

1. Aumento de los costos de transporte y de otros insumos de producción. Los combustibles, en específico el diésel, que se utilizan en los vehículos de transporte de alimentos mantienen precios altos.

De igual forma, otros insumos en la producción de alimentos como fertilizantes, insecticidas, concentrados, entre otros, también han registrado incrementos importantes de precios que encarecen la producción y por ende los precios al consumidor.

2. Fenómenos climatológicos y los conflictos bélicos. El factor clima cada vez se hace más relevante en determinar las fluctuaciones de la producción de alimentos.

Sequías prolongadas o tormentas intensas tienden a afectar los cultivos y la cría de animales para alimentación, alterando su estructura de precios. Por otro lado, la Guerra ruso-ucraniana, que ya cumplió su primer aniversario de haber iniciado, ha trastocado la industria de los alimentos, en específico se han visto perturbados los precios internacionales de cereales, como el trigo, y de aceites vegetales.

3. Otras situaciones especiales como la “eggflation”. El encarecimiento del precio de los huevos de gallina no ha pasado desapercibido para la población. 

Esta situación ha sucedido en parte por la propagación a nivel mundial de la gripe aviar, sumado al ensanchamiento de los costos de los insumos de producción, como lo mencionamos anteriormente, que en conjunto han presionado al alza el precio internacional y doméstico de este producto.

En esta coyuntura, las expectativas de un cambio de tendencia de los precios de los alimentos no son halagadoras. Se espera que durante todo el año 2023 los alimentos sigan siendo la principal fuente de presiones inflacionarias.

Posiblemente, la inflación alimentaria tienda a desacelerarse durante el transcurso del año, pero lentamente, mientras el entorno internacional tienda a estabilizarse.

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